En el 9177, mil años arriba, mil años abajo -que tampoco hay que
pillarse los dedos con estas minucias-, el mundo entero (y según
algunos, el universo también) se ha visto reducido a un solo Edificio
Representativo y a unas afueras cochambrosas habitadas por todos los
parados y hambrientos del cosmos. Entre todos estos desgraciados
estáJoséMaría, un tipo que decide que salvando ciertas dificultades, y
mediante la venta en el Edificio Representativo de una riquísima
limonada que él mismo manufactura, otro mundo es posible.
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