Los
fascistas Rafael Gómez Álvarez, de 24 años; Alejandro Rodríguez Borlado
Zapata, de 26 años (ambos detenidos por la policía); Jesús Javier
Blanco García, de 24 años (que ya estaba en prisión por otros delitos
fascistas), y Pedro B. Fernández (en paradero desconocido) fueron los
autores de los asesinatos del toxicómano Carlos Javier Idígoras
Navarrete, ocurrido el 7 de junio del 1981 en un solar de la calle del
Cardenal Cisneros, de Madrid, y del mendigo Luis Arribas Santamaría,
cuando se encontraba tumbado en un banco de la vía pública de Madrid el 5
de julio de 1981.
Asimismo fueron los responsables del envío de
cartas-bomba a la redacción del diario El País, el 30 de octubre de
1978, y a los locales del Club de Amigos de la Unesco, el 21 de enero de
1980. De la explosión de la primera bomba resultó muerto Andrés Fraguas
Hernández, y sufrieron heridas de gravedad Juan Antonio Sampedro
Sánchez y Carlos Barranco, todos ellos trabajadores. La explosión de la
segunda carta-bomba causó heridas de gravedad a los directivos del Club
Amigos de la Unesco Luis Esteban Barahona y María Dolores Martínez
Ayuso.
Estos cuatro terroristas fascistas participaron, en un
total de diez atentados con explosivos, entre ellos los perpetrados
contra las librerías Fórum y Exprés, las sedes de la CNT y del Boletín
Oficial del Estado, un chalé de Torrelodones propiedad de los cantantes
Víctor Manuel y Ana Belén; un cafetín, la sede de la Asociación Pro
Derechos Humanos, el complejo Aurrera, el automóvil de un súbdito
francés y una librería de la zona de la calle de Orense. Todos estos
atentados se produjeron en el período de tiempo transcurrido entre enero
de 1978 y julio de 1981.
Rafael Gómez Álvarez, Alejandro
Rodríguez Borlado, Pedro Bel Fernández y Jesús Javier Blanco fueron los
autores de la colocación de un paquete explosivo en el interior de un
recipiente de basura en la calle de Manuela Malasaña, de Madrid, acción
perpetrada el 15 de julio de 1979, a consecuencia del cual resultó
muerta la joven Salomé Alonso Varela, de 28 años y sufrieron heridas un
total de nueve personas, entre ellos muy grave el novio de Salomé, Jesús
Cañado Vega, de 28 años. Otro de los atentados atribuido a estos cuatro
terroristas es el realizado a mediados de julio de 1980 en la plaza de
Olavide, de Madrid, en el que resultaron heridas seis personas.
En
cuanto al resto de los detenidos, la nota de la Jefatura Superior decía
que: “José de las Heras, de 38 años, puso en contacto a los restantes
(por los cuatro ya citados) con un individuo que decía ser guardia
civil, al que conocía con el nombre de Agapito y que no ha podido ser
identificado hasta el momento, ya que afirman los detenidos que las
entrevistas con el mismo “las realizaron en locales públicos”, y añade
que “el mismo individuo contactó al grupo con Tomás Antón Torregrosa, de
57 años, para que les proporcionara explosivos y detonadores”.
A
Joaquín López Martínez, de veintiocho años de edad, se le acusó de
haber entregado munición a los autores de los atentados y de
transportar, en compañía de Alejandro Rodríguez-Borladi, un cargamento
de éstos que le facilitó en Santa Pola el ya citado Antón Torregrosa.
Pedro de Haro Pavón, de 32 años, por su parte, facilitó munición al
grupo y recibió un rifle, que poseía junto con nueve armas en su
domicilio, todas ellas ilegalmente. José Luis Sáez Alonso tuvo en su
poder este rifle.
“Leocadio Jiménez Caravaca facilitó al comando
una pistola Llama [...] y se encargó del transporte de explosivos desde
Santa Pola. Es de significar que a este individuo Tomás Antón le hizo
entrega de 200.000 pesetas en metálico y de diez kilos de Goma 2 para
que los colocara en un edificio de su propiedad, situado en Elche
(Alicante), donde a la sazón estaba ubicada la sede de Fuerza Nueva,
para que volara el edificio con el fin de edificar él en el solar y
cobrar luego el seguro y la indemnización por terrorismo”.
La
policía agregó: “El referido Tomás Antón Torregrosa, colocó un artefacto
explosivo de dos kilos de Goma 2 en julio de 1978 en la finca de su
propiedad, que fue visto a tiempo y desactivado. El mismo individuo,
cinco meses después, consiguió colocar otro artefacto, esta vez de cinco
kilos de Goma 2, en unos almacenes próximos a su local, cuya explosión
produjo daños en el edificio y afectó a la sede de Fuerza Nueva”, dice
la nota policial. “Los daños fueron evaluados en medio millón de pesetas
y por esta causa consiguió la demolición.
La policía encontró en
el domicilio de Rafael Gómez Álvarez, Ramiro Alejandro Rodríguez
Borlado y Pedro de Haro Pavón siete pistolas, la mayoría del calibre 9
milímetros corto; tres revólveres, una escopeta, un rifle y una
carabina, estas dos últimas del calibre 22 milímetros. Asimismo fueron
hallados numerosos cartuchos de diversas marcas y calibres y gran
cantidad de munición, lo mismo para pistola que para escopeta o rifle.
Otros efectos intervenidos fueron varios detonadores, rollos de mecha y
material eléctrico. Uno de los fascistas, Jesús Javier Blanco García, se
encontraba recluido en la prisión de Carabanchel desde el 30 de junio
por delito de asesinato frustrado, tenencia ilícita de armas, uso
indebido del título de policía, amenazas y daños. Este terrorista
ingresó asimismo en prisión, también en Carabanchel, el 17 de marzo de
1981 por un delito de lesiones por arma de fuego, y
fue puesto en libertad once días después.
En
cuanto a Tomás Antón Torregrosa, el 30 de julio de 1981 estando
detenido en la DGS, se tiró por una ventana y resultó muerto. Fascista
que ya a los diecinueve años, fue reclamado por un juzgado militar de
Alicante por tenencia ilícita de arma de fuego. Hizo autoatentados para
cobrar. En Elche se le conocía por las tensas relaciones que mantenía
con su familia, especialmente con un hermano, que le había denunciado en
algunas ocasiones por amenaza de muerte.
Leocadio Jiménez
Caravaca, fascista autor de varios disparos contra dos jóvenes, hiriendo
en la pierna izquierda a uno de ellos, el 16 de noviembre de 1976 en la
estación del Metro de Oporto. Acusado de amenazas y golpear a los
sacerdotes de la parroquia de la Fuensanta. Estuvo implicado en la
explosión que destruyó el club juvenil Beato, de la parroquia de San
Juan de Ávila, en el barrio de Usera. En la misma explosión resultó
completamente destruido un despacho laboralista. Entre 1948 y 1969 fue
procesado siete veces (dos por hurto, dos por quebranto de condena, una
por imprudencia temeraria, otra por imprudencia simple y otra por
infracción automovilística). En un registro realizado por la policía en
su casa en el verano de 1975 se encontraron armas cortas y largas,
granadas, explosivos, mechas, machetes y porras lastradas con plomo.
Detenido en marzo de 1977 por la matanza de los abogadas de Atocha.
https://www.lahaine.org/est_espanol.php/un-grupo-fascista-puso-10