miércoles, 11 de agosto de 2010
El honor de las injurias
El honor de las injurias es un documental sobre anarquista Felipe Sandoval y realizado por el leonés Carlos García-Alix, ganador de segundo premio de Tiempo de Historia de Seminci.
Felipe Sandoval (Doctor Muñiz) nació en los arrabales de Madrid en 1886 y fue albañil de profesión. Atracador de guante blanco, hombre de acción, fugitivo y verdugo de aristócratas. “Doctor Muñiz, el enemigo público número uno”, le presentaba la prensa de la república.
El honor de las injurias, narrado por el propio García Alix y realizado en un 80% con material de archivo, es una producción de Guillermo Salafranca, de la productora No Hay Penas. A partir de “Nosotros los asesinos”, un libro del periodista anarquista Eduardo de Guzmán, Carlos comenzó a investigar en los archivos de la época su rastro.
“No hay revolución sin verdugos. Poner el foco en el verdugo es la parte más fea y dolorosa. Sandoval fue un verdugo al servicio de la revolución. Hoy es muy difícil comprender el grado de violencia feroz que asolaba España. Mi lucha ha sido no caer en buenos y malos. Es una historia de venganza”, explica este realizador, que confiesa su simpatía profunda por el anarquismo.
El honor de las injurias se presenta así como un “documental de inventario”, construido casi en su totalidad con un material de archivo excelente y heterogéneo (fotografías, noticieros, ficciones y registros legales) y cuyo guión es fruto de una exhaustiva labor de investigación llevada a cabo durante años por el propio Alix, que en 1998 dio con la pieza clave para articular la película: la confesión manuscrita de Sandoval tras ser detenido al final de la guerra. 63 folios donde “le obligaron a recordar su vida”, como comenta el director en la película.
A pesar de su aparente clasicismo - quizás para algunos convencionalismo - El honor de las injurias sobresale y alcanza su singularidad frente a otros filmes de compilación que trabajan el mismo momento histórico como Noticias para después de una guerra de Eterio Ortega. Tanto por iluminar de forma rigurosa un capítulo de nuestra historia (el anarquismo español) poco cinematografíado, a partir de las luces y sombras que ofrece uno de sus antihéroes (Sandoval acabó repudiado por los suyos y maltratado por la policía), como su brillante montaje y tratamiento de la imagen. El discurso de neutralidad y sobriedad de un Eterio Ortega que dejaba “que las imágenes hablaran por sí mismas” (a pesar de que no dudó en doblar las voces de Franco y Durruti, entre otros), queda claramente en entre dicho frente un filme que “hace hablar a las imágenes”. La veracidad, pues, está en otro lado.
Info via: Kinoki y Blogs&Docs
Documental online via: Christie Books (cerrado), Roig i Negre.
Descarga de emule via: RebeldeEmule
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