Desde su origen el heavy metal ha sido vinculado al satanismo principalmente por las iglesias evangelistas y algunas asociaciones que ven en este género musical un peligro latente para los jóvenes. El mayor motivo de las acusaciones en las últimas dos décadas se deben a que algunas estrellas han adoptado una apariencia casi demoníaca (Ozzy Osbourne Alice Cooper) en tanto que otros abordan con cierta frecuencia el tema de lo oculto (Iron Maiden Black Sabbath AC/DC). Pero además sobran las anécdotas que vinculan a los músicos con actividades satánicas y como argumento para rubricar la acusación nunca falta la famosa prueba de escuchar ciertos discos al revés y estar atentos al ¡mensaje del Diablo!
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