domingo, 28 de febrero de 2016

La Justicia ametralla


Hace ya 32 años, un centenar de policías españoles emboscaron y fusilaron a cuatro jóvenes vascos enrolados en los Comandos Autónomos Anticapitalistas.

Lo hicieron con saña, nocturnidad, alevosía, engaño, con una mujer como rehen y señuelo. Lo hicieron con munición prohibida y con evidente ansia de matar.

No se trataba de arrestar y poner a disposición judicial a los militantes clandestinos. Nada de eso. Se buscaba matar y hacerlo, además, de forma selectiva. Por eso salvó la vida Joseba Merino, testigo presencial de la ejecución a sangre fría de Jose Mari Izura, Pedro María Isart, Rafael Delas y Dionisio Aizpuru.

Hoy, tres décadas después la verdad oficial no ha variado un milímetro y los autores de la masacre siguen disfrutando de impunidad. Y más aún, los tribunales españoles han decidido archivar el caso.

O sea, que en Pasaia no pasó nada. Pero pasó, y quienes tienen memoria o interés en conocer la verdad, saben que pasó y, además, saben quien lo hizo.

Martin Garitano

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