El Samaín es una fiesta que se venía celebrando en Irlanda antes incluso de que el cristianismo adoptara el día 1 de noviembre como festividad para homenajear a todos los santos. Era una tradición en la que se honraba a los antepasados de las familias y se utilizaban máscaras y disfraces de espíritus dañinos para repelerlos. Una tradición "lúdica, festiva y propia" que los Gobiernos locales no han dejado pasar: en 2016, la concellería de Culturas coruñesa presentó 'O noso Samaín' ('Nuestro Samaín'), un libro coeditado por el Ayuntamiento y al editorial Galaxia para dar a conocer entre los más pequeños algo que es más próximo a Galicia que el Halloween. "Nuestro Samaín, no Halloween": esta es la premisa de la autora, Loretta Birott, de nacionalidad venezolana y residente en A Coruña, para explicar en un libro ilustrado una tradición que, hasta hace unos años, era residual.
El mérito de recuperar esta historia fue del municipio coruñés de Cedeira que, con menos de 7.000 habitantes, dio el pistoletazo de salida a un 'rexurdimento' de la tradición celta. El primer estudio documentado del Samaín viene de la mano de Rafael López Loureiro, autor de 'Samaín: a festa das caliveras' ('La fiesta de las calaveras', de la editorial Ir Indo): junto a una asociación cultural llamada Chirlateira organizó las primeras fiestas, de las que ahora se encarga la Asociación Amigos do Samaín. En este municipio llevan casi tres décadas celebrando el Samaín, pero no ha sido hasta los últimos años cuando ha comenzado a extenderse por el resto de la comunidad autónoma.
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