domingo, 5 de julio de 2020

Nuevo espacio bajo control obrero en Gasteiz



Hay quienes pretenden hacernos creer que la solución vendrá de algunas recetas partidistas que proclaman mas inversión en esto u otro


Se habla del problema de la vivienda tras el Covid-19; como si fuera un problema aislado o alguna novedad. Desde que pusimos en marcha el Sindicato de Vivienda de Gasteiz, hemos entrado en contacto con la cruda realidad del proletariado en cuanto a la vivienda: personas que sufren el constante acoso del casero, personas que son estafadas por el ansia especuladora de las inmobiliarias, las que lidian con el chantaje de los servicios sociales, para los cuales el bono de comida es ante todo una herramienta de extorsión con la cual consiguen sumisión; las que viven hacinadas en subarriendos ilegales, las que viven en una cuenta atrás infernal hasta la fecha de su desahucio o las que son expulsadas silenciosamente del sofá en el que dormían por pura caridad. El problema de la vivienda es una realidad innegable para el proletariado y lejos de ser un “fenómeno fortuito” es un problema estructural derivado de un sistema dividido en clases y dirigido a la constante acumulación de ganancia.

Hay quienes pretenden hacernos creer que la solución vendrá de algunas recetas partidistas que proclaman mas inversión en esto u otro. Sin embargo, y dicho metafóricamente, sabemos que se trata de una manta demasiado pequeña; si estiras de un lado, el otro lado quedará al descubierto. Gracias a la experiencia de lucha y los conocimientos obtenidos de ésta, estamos convencidas de que la única garantía de cambio es la organización independiente del proletariado, la cual llevará a cabo dos tareas imprescindibles: Por un lado, será la organización la que vehiculice las contradicciones generales en conflictos concretos, es decir, la que transforme los abusos de propietarios, instituciones o diferentes agentes disciplinarios en conflictos abiertos. Por otro lado, será la organización la que garantice la construcción de condiciones materiales y subjetivas para el desarrollo de la vida.
Es en este esquema que entendemos la acción de reapropiación llevada a cabo por casi 30 personas esta última semana. Sin ninguna otra opción habitacional, estas familias decidieron entrar en un bloque de viviendas ubicado en la calle Los Herrán que lleva vacío algo mas de 10 años. Lo invisible (casi 30 personas en la calle) se convierte así en conflicto y solución al mismo tiempo. El Sindicato de Vivienda, por su parte, apoya esta decisión y pone todos sus medios para organizar y defender este nuevo espacio bajo control obrero.

A pesar de que el derecho a una vivienda se reconozca por todas las instituciones mediante sus leyes, queremos dejar claro que es mas que evidente que no las cumplen y como sabemos que juegan a saltarse sus propias reglas queremos aclarar lo siguiente: El ordenamiento jurídico defiende la INVIOLABILIDAD DEL DOMICILIO. En los Artículos 545 y 553 de la ley de Enjuiciamiento Civil queda recogido qué situaciones se tienen que dar para estar frente a un Delito Flagrante y poder entrar en un domicilio. Queremos dejar claro que, hace mas de una semana que en este edificio vive gente, siendo esta su morada por lo que no cabe la posibilidad de una intervención policial. En este sentido, queremos dejar claro que la entrada al domicilio sería DENUNCIADA, por incurrir en un delito de VIOLACIÓN DE DOMICILIO, recogido en el Art 534 del Código Penal.

Dicho esto, y a propósito de la campaña electoral en la que están sumergidos los diferentes partidos, aprovechamos para invitar al Ayuntamiento de Gasteiz a hacer un cálculo sincero: a diario, hay personas que se están quedando en la calle y la imposibilidad de responder a esta situación es una realidad. ¿Qué le supone un problema mayor al Ayuntamiento; decenas de personas en la calle, esta vez sí, organizadas y con determinación, o viviendo en una propiedad vacía y en desuso? Recordamos aquí que el bloque de viviendas lleva mas de 10 años vacío y que en un mercado inmobiliario cada vez mas mermado, carece de todo interés mercantil.

Sin embargo, sí podría adquirir un uso social y el Ayuntamiento, así como los propietarios de los inmuebles, disponen de los medios materiales y del marco legal apropiado para hacer esto posible. En este sentido, mostramos nuestra entera disposición a negociar los términos en los que se va a garantizar el derecho a la vivienda, tanto con el Ayuntamiento como con los propietarios. Mientras tanto, el Sindicato de Vivienda garantizará las condiciones de habitabilidad del espacio. Además, seguirá aportando en la organización del proletariado por la defensa de sus intereses y hacia el único horizonte estratégico que pueda erradicar el problema de la vivienda: La vivienda universal, gratuita y de calidad.

Nada es imposible, todo se organiza.
En Gasteiz, 3 de julio de 2020.

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