lunes, 2 de julio de 2018

COPEL: una historia de rebeldia y dignidad




Después de casi cuarenta años de silencio, un grupo de antiguos componentes de la COPEL (Coordinadora de Presos Españoles en Lucha) hemos decidido contar su historia, la de la intervención autoorganizada en la “Transición española a la democracia” de los presos sociales, para que se respetara nuestra condición de personas incluyéndonos en la amnistía. Iniciamos hace unos días una campaña de “crowfundig” para finaciar el proyecto. Quien quiera hacer alguna aportación, encontrará la manera picando en el título del Así nace el documental: COPEL: una historia de rebeldía y dignidad.
Contar una historia, la de la COPEL, es lo que queremos. O, más bien, que la COPEL cuente su propia historia, puesto que en el equipo que realiza el documental, a un lado y al otro de la cámara, hay gente que participó, y los criterios para hacerlo se han discutido en todo momento entre todos ellos. Uno de los rasgos esenciales de la manera de organizarse de los presos en lucha y de la COPEL fue la horizontalidad, el hecho de que nunca llegara a haber una sola voz o un pequeño conjunto de voces que hablaran y decidieran por los miles de presos que, de hecho, la constituían, sino que ellos actuaban espontáneamente, de común acuerdo, impulsados por deseos, expectativas y valores compartidos por todos sin apenas discusión previa ni supervisión de ninguna clase.
Hemos recurrido a personas que lo vivieron desde diferentes perspectivas: presos en lucha en diferentes prisiones (aunque predominan los de Carabanchel, sin que eso quiera decir que queramos ofrece una perspectiva centralista, sino que la cosa se ha dado de esa manera), participantes en grupos de apoyo, abogados, el historiador de la COPEL, el historiador del movimiento asambleario, un criminólogo crítico que ha analizado la LOGP teniendo en cuenta su condición de instrumento estratégico para la pacificación de aquel conflicto, un periodista radical que se ocupó del tema en su momento…
No tenemos, sin embargo, ninguna pretensión de objetividad. Nuestra perspectiva es desde abajo y horizontal, pero sesgada de diversas maneras: nos interesa la COPEL como lucha anticarcelaria porque nosotros seguimos estando en contra de que existan cárceles, como experiencia de autoorganización, porque no creemos en la sinceridad de ninguna lucha social que no se organice horizontalmente. Nuestro propósito es lograr una reflexión estratégica colectiva cuyas conclusiones sean útiles a las mismas luchas en la medida en que tengan continuidad en el momento presente.
Lo que queremos es, entonces, dar voz a los que vivieron aquella lucha en primera persona, contarnos unos a otros esa historia de forma horizontal, sin que ningún discurso predomine sobre otro, sino a través de un diálogo plural. Podemos hablar de varios protagonistas colectivos o de varios colectivos que tuvieron un papel importante en ella. En primer lugar, los presos, los miembros de la COPEL. Ellos rememoran frente a nosotros lo vivido, pero lo hacen desde el presente, con la vista puesta en lo que está sucediendo en las cárceles ahora mismo, con un criterio muy afilado, que consiste en calibrar en qué medida se han alcanzado las reivindicaciones de COPEL en el contexto penitenciario actual, cuyas líneas maestras proceden en gran medida de lo hecho por el Estado para neutralizar aquel “movimiento de los presos sociales durante la Transición”, de manera que se puede decir que la “transición penitenciaria” ha sido tan decisiva para la configuración del sistema penitenciario en vigor como lo fue la transición política para la del régimen partitocrático que subsiste todavía en el presente.
Además, los abogados, que tuvieron un papel decisivo en la elaboración del discurso de COPEL dirigido a la sociedad y una importante influencia en su estrategia. Y también las personas que participaron en grupos de apoyo (AFAPE, comités de apoyo a COPEL, grupos autónomos, grupos pro presos de CNT…) que compartieron desde la calle de diversas maneras la lucha de los presos, y otras personas que individualmente prestaron su apoyo, en ocasiones decisivo.
Es una mirada también hacia la transición, desmitificadora, que pretende revisar, incluso desmontar, el relato oficial, contar las cosas de otra manera, con una perspectiva desde abajo. Redescubriendo de forma prioritaria un movimiento, una cultura política popular como fue el movimiento asambleario, ignorado prácticamente por los historiadores. Un movimiento y una cultura de las que también formó parte la COPEL. Pero sería difícil contar una historia tan compleja de esta manera sin algún elemento que nos sirva para contextualizarla en el momento histórico de la Transición, en su relación con la lucha por la amnistía y con el movimiento asambleario. Para ello hemos recurrido a las voces de un historiador, de un agitador político, de un criminólogo crítico, de un periodista comprometido… no unas voces cualesquiera, sino las de unas personas que, por diversos motivos, se puede decir han participado también intensamente en la historia que estamos contando.
Para trazar aquel contexto, contamos, además de con los protagonistas, por ejemplo, con César Lorenzo, como historiador al que se puede llamar por ahora, y presumiblemente para mucho tiempo, “el historiador de la COPEL”. O con Miguel Amorós, una de las poquísimas personas que, habiendo levantado la voz ya en aquel momento en defensa del movimiento asambleario, sigue contribuyendo a su memoria aún hoy en día. O con Iñaki Ribera Beiras que como criminólogo crítico analizó la legislación penitenciaria y la relación directa de su contenido con las vicisitudes del conflicto que nos ocupa. O con Manolo Revuelta, que publicó un reportaje sobre la querella donde se denunciaban las torturas de Herrera de la Mancha que marcan el final de nuestra historia dando una visión clara y completa de toda ella y escrito con ánimo militante y solidario con la lucha de los presos.
El diálogo que se produce ante la cámara, ha ocurrido también en la vida cotidiana, como un penúltimo episodio de la historia que se cuenta. Las personas a las que recurrimos han contribuido decisivamente a al recuerdo y reflexión sobre aquella experiencia, a la posibilidad de la conciencia de la misma y, en ese sentido al menos, han participado también en la lucha. Y de eso se trata precisamente, de continuarla en el presente, de hacer servir las enseñanzas de ese rico y aún cercano pasado para las luchas actuales.
SINOPSIS
A la muerte de Franco, la democratización del régimen dictatorial no es otorgada graciosamente desde arriba, sino forzada desde abajo por multitud de movimientos reivindicativos que, empezando por las huelgas salvajes organizadas por asambleas, conciben la democracia a su manera. La amnistía, por ejemplo, no se consigue sino después de varios ciclos de movilizaciones callejeras, en enfrentamiento permanente con los antidisturbios y a costa de buen número de muertos. De la movilización espontánea y autoorganizada de los presos sociales reivindicando la amnistía también para ellos, surge la Coordinadora de Presos En Lucha (COPEL), organización horizontal y asamblearia por la que toman la palabra quienes nunca la habían tenido, consiguiendo poner en un brete al Estado durante más de dos años y sacando a la luz la injusticia e inhumanidad fundamental de la máquina social punitiva. Esta es su historia, contada a muchas voces por algunas personas que la vivieron, en diálogo con otras que se interesan por ella aquí y ahora. El relato surge de un debate y una reflexión estratégica, útiles para quienes se plantean en el presente la lucha contra la cárcel.
Ficha técnica:
Dirección y guión: Grupo COPEL.
Producción: Metromunster y Producciones La Hormiga.
Duración: 90 mins. 2017.

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