jueves, 26 de diciembre de 2019

Moonchild - Discografía



Gestado por el compositor, productor y saxofonista norteamericano John Zorn, Moonchild es uno de los proyectos musicales de fusión progresiva y vanguardista más interesantes de la última década.

Moonchild califica como una de las agrupaciones experimentales más intensas en su tipo. Su formación destaca por incluir exclusivamente estrellas mundiales en el mundo de la música. Desde Italia hasta Israel, son decenas los países y ciudades que han disfrutado un espectáculo donde ruidos, distorsión, sorpresas, potencia y gritos guturales son parte de un menú sonoro, siempre, inesperado. Improvisación y composición a cargo de un inspiradísimo Zorn.

Zorn dirige el sonido intenso que logran Mike Patton, el baterista Joey Baron y el bajista Trevor Dunn, también se suma John Medeski a los shows en vivo. Un combo artístico de primer nivel, que ha recorrido decenas de países desatando euforia en los fanáticos.

Discografía
2006 - Moonchild: Songs Without Words
2006 - Astronome
2007 - Six Litanies for Heliogabalus
2008 - The Crucible
2010 - Ipsissimus
2012 - Templars: In Sacred Blood
2014 - The Last Judgment

http://losdestacagados.blogspot.com/2013/12/moonchild-discografia-por-todo-es-arte.html

domingo, 22 de diciembre de 2019

La pederastia de los Legionarios de Cristo, gráfico por gráfico


Principalmaciel
«Cadena de abusos» de Maciel.
El 2019 arrancó con la confesión de El Vaticano de que tenía noticia de los abusos sexuales que realizó Marcial Maciel de 1943 y que no le impidieron ser buen amigo de los papas Pío XII y Juan Pablo II. La admisión de que manejaban estos datos pone en la picota al cardenal navarro Arcadio María Larraona, que habría descubierto esta conducta durante la investigación realizada entre los años 1953-1959. Larraona sigue teniendo calle en Iruñea.
Hace ya 12 años que murió Maciel, pero la orden que fundó sigue en pie. Para expiar y justificar su permanencia, los Legionarios de Cristo han realizado un informe en el que constatan que su fundador abusó al menos de 60 menores (niños y niñas).
Lo excepcional el trabajo publicado por los legionarios, sin embargo, no es esta constatación de los datos de Maciel, sino que parecen haberse abierto en banda y han incluido el resto de casos de pederastia que han descubierto. 

Según este informe, habría otros 32 sacerdotes que, además de Maciel, habrían cometido absusos. Aun así, hay quien apunta que serían bastantes más, como el exsacerdote Alberto Athié en este artículo de La Jornada. Athié fue una de las personas que denunció al cardenal Norberto Rivera por encubrimiento.
Independientemente del grado último de sinceridad que tenga este informe, supone un avance en el sentido de que permite discriminar la tipología y el grado del abuso y entender mejor cómo funcionaban estos religiosos. Así, de un simple vistazo, se aprecia que uno de cada tres sacerdotes «cazados» era reincidente.

De otra parte, el fenómeno de los abusos sexuales parece tener una capacidad de reproducirse. Así, los legionarios han tratado de analizar hasta qué punto los abusadores fueron, en su día, niños abusados. Eso como si, de algún modo, el convertirse en un depredador sexual fuera otra secuela perniciosa de un primer episodio.

Este dato, puesto en relación con los propios abusados de Maciel crea lo que el informe llama una cadena, cuyo reflejo gráfico es particularmente ilustrativo.

De otra parte, los legionarios reconocen que el hecho de que un seminarista hubiera cometido un abuso no fue impedimento para que acabaran siendo ordenados sacerdotes. Sí que fue un filtro importante, pero uno de cada cinco abusadores lo logró pasar. Y esto a pesar de que en buena parte de casos de abusos (42,4%) el victimario era el superior de la víctima.


En último término, la radiografía interna que han realizado los propios legionarios desgrana dónde está cada uno de estos 33 sacerdotes declarados culpables de abuso. Admite en este gráfico que solo uno de ellos dejó la Congregación. Se mantienen dentro 22, de los que cuatro siguen activos aunque bajo un plan especial de vigilancia.

Evidentemente, todo el informe tiene un espíritu de descargo, de que no ha sido para tanto. Una de las cifras más repetidas es que solo un 2,44% de todos sus sacerdotes ordenados han sido victimarios. Y, sin embargo, todo hay que ponerlo en relación a la escala. Los legionarios son una fracción muy pequeña del catolicismo. ¿Cuánto supondría un 2,44% de todos los sacerdotes católicos? ¿Se atreverá la Iglesia a hacer una radiografía de sí misma tan cruda como la de esta Congregación?

(Todos los gráficos están extraídos tal cual del "Informe 1941-2019 sobre el abuso sexual de menores en la Congregación de los Legionarios de Cristo desde su fundación hasta la actualidad")

https://www.naiz.eus/eu/actualidad/noticia/20191222/los-casos-de-pederastia-de-los-legionarios-de-cristo-grafico-por-grafico 

jueves, 12 de diciembre de 2019

Alerta 'Desokupa' intenta aterrizar en Portugalete


Mediante esta nota, la Oficina de Derechos Sociales de Portugalete, queremos alertar al tejido asociativo, agentes sociales y políticos, así como al conjunto de la ciudadanía, de la presencia durante los últimos días de miembros de “Desokupa” en Portugalete.

Esta empresa es conocida por la práctica del matonismo y la utilización de la coacción para desalojar a personas de sus hogares, siempre extrajudicialmente y al límite de la legalidad.

Las filas de “Desokupa” están formadas por elementos asociados a la ultraderecha. Su “modus operandi” se basa en la instalación de un “control de acceso” en la vivienda para aprovechar cuando esta se queda vacía y cambiar la cerradura. Todo esto se realiza en un ambiente de coacción y agresividad que genera malestar en toda la comunidad.

El caso concreto de Portugalete nada tiene que ver, ni con la usurpación de viviendas, ni con la okupación, afecta a una mujer con una menor a su cargo y se trata de un contrato de arrendamiento encubierto, es decir, un “alquiler en negro”.

En esta situación, la persona propietaria no puede acudir a un juzgado al ser ella misma una infractora, por lo que acude a esta empresa de coacción para ejercer lo que pudiera ser llamado como “mobbing inmobiliario”. Empresas como “Desokupa” sirven en muchos casos a poderes inmobiliarios y a propietarios especuladores para poder desahuciar a personas que pagan rentas antiguas o están en situación de arrendamientos sin contratos.

Por último, deseamos hacer un llamamiento a todos los colectivos sociales, instituciones públicas, vecinos y vecinas, y demás agentes de nuestra sociedad, a estar alerta y no permitir que la precaria situación del mercado de la vivienda en la Villa pueda dar lugar a abusos por parte de especuladores, o bien, acciones extrajudiciales que se ceban especialmente con las personas en mayor riesgo de exclusión social.
Desde los colectivos sociales no podemos permitir que una problemática no resuelta como es la falta de vivienda y el derecho a su acceso, se intenten resolver mediante el uso de empresas con tácticas mafiosas y que difunden un discurso de odio.

https://eh.lahaine.org/alerta-desokupa-intenta-aterrizar-en

viernes, 6 de diciembre de 2019

El detenido con el mayor arsenal de explosivos caseros hacía apología franquista y propaganda de Vox en redes sociales


“Lo más grave es que era un arsenal que estaba dispuesto para ser utilizado”, ha confirmado a El Salto uno de los integrantes del cuerpo de la Guardia Civil que ha participado en la llamada operación Tangerina, en la que se ha desmantelado en Miranda de Ebro (Burgos) un taller clandestino para la fabricación de artefactos explosivos. Los efectos incautados en la operación, una de las mayores en cuanto a este tipo de explosivos de fabricación casera, incluyen 17 artefactos: cinco del tipo granada de mano, seis bombas de tubo y cuatro bombas de hierro fundido, una de bola esférica y una termita.

Los agentes detuvieron en la operación a una persona, R.L.R., a la que se le imputan los delitos de tráfico de armas, depósito de armas de guerra, depósito de armas, depósito de municiones y depósito de explosivos.
El detenido había instalado en su domicilio un taller clandestino dotado de todo tipo de maquinaria para la fabricación de artefactos explosivos improvisados, así como para la manipulación de armas de fuego y la fabricación artesanal de munición para las mismas, según ha comunicado la Guardia Civil.

En el arsenal incautado se cuentan también 26 armas de fuego, entre las que figuran un fusil de asalto, un subfusil, dos escopetas, tres rifles, una carabina, dos armas largas de fabricación artesanal, ocho revólveres y ocho pistolas. Asimismo, en la operación los agentes intervinieron más de 30 kilos de precursores de explosivos, seis detonadores eléctricos y numerosas mechas para explosivo.
“No se ha detectado ningún vínculo con grupos radicales o terroristas, pero todo este material estaba listo para ser usado y podría haber sido vendido a alguno de esos grupos”, añade la fuente del instituto armado consultada por El Salto.

Según la Guardia Civil, el detenido adquiría en países del Este de Europa armas de fuego deficientemente inutilizadas, muchas de ellas de guerra —fusiles de asalto y subfusiles—, que posteriormente manipulaba para ponerlas de nuevo en condiciones de disparar y efectuar fuego real. Dichas armas eran introducidas ilegalmente en el país a través de paquetes postales, por lo que, al no estar registradas en las bases de datos nacionales, podían ser desviadas al mercado ilegal o empleadas en actos delictivos con total impunidad. En el último lustro, el Servicio de Información de la Guardia Civil ha desarrollado más de 37 operaciones contra redes de tráfico de armas con el resultado de 336 personas detenidas, más de 3.534 armas de fuego incautadas —muchas de ellas de guerra— y 386.427 cartuchos metálicos intervenidos.

Un fanático de ultraderecha, al menos en redes sociales


Pese a la importante cantidad de explosivos y armamento incautados, en la información comunicada por la Guardia Civil llama la atención lo aséptico de las imágenes y la ausencia del atrezo o los profusos datos —libros de cabecera del detenido, filiación política u otros detalles— que suelen acompañar las operaciones policiales más publicitadas.

El partido político Izquierda Mirandesa ha publicado un comunicado en el que denuncia “la ocultación del carácter fascista del detenido en Miranda con un importante arsenal de armas y explosivos, tanto por la Guardia Civil como por los medios de comunicación”. Este partido, situado en la órbita de la izquierda independentista vasca, asegura que el detenido tenía colgada de su ventana una bandera franquista y otra de Falange, y que en Facebook compartía continuamente propaganda falangista y de Vox.

Un perfil público de Facebook cuyo nombre coincide con las iniciales del detenido, y que vecinos de Miranda de Ebro han confirmado a El Salto que era gestionado por él, es, desde luego, cualquier cosa menos un canal apolítico o carente de expresiones ideológicas. Y lo es con un marcado carácter ultraderechista y de apología de la dictadura franquista.


El 24 de octubre, por ejemplo, este usuario de la red social publicó el siguiente mensaje: “¡¡ARRIBA ESPAÑA, AHORA Y SIEMPRE!!”. Un día después, otro similar: “Camaradas Patriotas lanzan salvas en honor a Francisco Franco. ¡¡ARRIBA ESPAÑA!!”. Y el 26 de octubre compartió un poema laudatorio sobre Franco atribuido al escritor ultra argentino Antonio Caponnetto.

En general, sus publicaciones en Facebook consisten en un batiburrillo de elogios a la dictadura, insultos a lo que desde la extrema derecha se denomina “izquierda sectaria”, contenidos contra la igualdad y los derechos de las mujeres y las personas LGTBI, y difusión de entrevistas a líderes de Vox y convocatorias de este partido. También aparecen numerosas imágenes de banderas españolas con el águila de San Juan o la enseña del yugo y las flechas, la divisa de los Reyes Católicos adaptada en el siglo XX por Falange Española


“Para la investigación, es irrelevante que el detenido hiciese apología en redes sociales de partidos políticos legales, ya sean de extrema izquierda o extrema derecha”, reconoce el agente de la Guardia Civil que participó en el operativo.

Según Izquierda Mirandesa, “parece claro que hay una doble vara de medir dependiendo de la ideología: mientras muchos mirandeses y mirandesas durante años hemos sufrido persecución policial por nuestra ideología, por defender el derecho de autodeterminación de los pueblos o denunciar la violencia policial, este sujeto fascista ha conseguido acumular un importante arsenal de armas y explosivos, y los medios ocultan su ideología fascista, cosa que él no disimulaba”. En este partido, además, se muestran “seguros” de que “si esta persona fuese independentista vasco o catalán, correrían ríos de tinta, y rápidamente sería calificado de terrorista, como ha ocurrido con los independentistas catalanes detenidos en los últimos meses”.

https://www.elsaltodiario.com/extrema-derecha/detenido-miranda-ebro-arsenal-explosivos-caseros-apologia-franquismo-vox-redes-sociales

OBSCENE EXTREME (FULL DOCUMENTARY) CURBY - the 20th anniversary of Obscene Extreme

domingo, 17 de noviembre de 2019

"¡No os importe matar!", un eslabón en la memoria histórica de los Sanfermines


Este martes 12 de noviembre, estaban presente en la librería Katatrak el autor y abogado Sabino Cuadra, Amaia Kowasch, de la asociación Sanfermines 78 Gogoan y representantes de la editorial Txalaparta, para presentar "¡No os importe matar!", un libro sobre la construcción de la memoria histórica de los Sanfermines del 78, y que relata y denuncia el asesinato de Germán Rodríguez, descrito como un "crimen de Estado".

martes, 5 de noviembre de 2019

El Gobierno español podrá cerrar redes y webs sin orden judicial y por motivos de orden público


El BOE publica hoy el Decreto Ley aprobado en el último Consejo de Ministros sobre la seguridad pública en materia de administración digital y telecomunicaciones. Se trata de una norma aprobada para frenar el desarrollo digital de Catalunya, para lo que otorga amplios poderes al Gobierno a la hora de intervenir redes y páginas web.

«Ni habrá independencia offline ni online». Pedro Sánchez anunció con estas palabras el decreto que hoy oficializa el BOE. Lo hizo en el último Consejo de Ministros celebrado el pasado 31 de octubre. Hasta hace bien poco, todo habían sido risas en Madrid sobre las supuestas ensoñaciones digitales de la Generalitat –que tiene una consejería de políticas digitales– y del independentismo –que apela a la construcción de una República digital–, pero los avances en la tecnología Blockchain por parte del Govern y la aparición de una iniciativa digitalmente muy sofisticada como la del Tsunami Democràtic han puesto al Estado español en alerta.

Para tratar de frenar esos avances, el Decreto Ley publicado hoy modifica, sin pasar por el Congreso de los Diputados, seis leyes y otro Decreto Ley. El conseller del ramo, Jordi Puignero, ha considerado que, con esta norma, Sánchez «se convierte en el padre de la Loapa digital», en referencia a la Ley del café para todos autonómico. También ha considerado que el Gobierno «ha decretado el estado de excepción digital», y que quiere «destruir el progreso tecnológico, económico y social de Catalunya».
La red Xnet, por su parte, ha considerado que el decreto «nos acerca más a China y sus políticas liberticidas», añadiendo que «en nombre del orden y la seguridad, el Gobierno se reserva la potestad de asumir la gestión o intervención de las redes y servicios de comunicaciones electrónicas».

Intervención gubernamental de redes y páginas web
En efecto, la medida más llamativa del decreto es la que permite al Gobierno español intervenir o cerrar «cualquier infraestructura, recurso asociado o elemento o nivel de la red». Es decir, cualquier aplicación ligada a la red o cualquier página web, pongamos por caso.

Como explica Eva Belmonte, el Gobierno ya podía cerrar sin orden judicial páginas web anteriormente por razones de seguridad pública, protección civil, emergencias, defensa de la vida humana o interferencia con otras redes; lo que hace el decreto es ampliar enormemente el abanico de elementos que el ejecutivo puede intervenir y los motivos por los que puede hacerlo, que ahora incluyen la «amenaza inmediata y grave para el orden público» y la «seguridad nacional».

Aunque el texto no menciona a Catalunya directamente, la misma Belmonte apunta que el Gobierno justifica la medida a la luz de «los recientes y graves acontecimientos acaecidos en parte del territorio español». El arsenal que deja en manos del Gobierno, sin embargo, afecta a todos y va más allá del caso catalán. El redactado es tan ambiguo e inconcreto que permite justificar la intervención de prácticamente cualquier elemento de la red. Este es, quizá, uno de los párrafos clave:

«Estas mayores posibilidades de actuación que se reconocen no se limitan en su aplicación a un concepto estricto de una red o un servicio de comunicaciones electrónicas, sino que extienden su eficacia a los elementos que necesariamente acompañan a la instalación o despliegue de una red o la prestación de un servicio de comunicaciones electrónicas, como son las infraestructuras susceptibles de alojar redes públicas de comunicaciones electrónicas, sus recursos asociados o cualquier elemento o nivel de la red o del servicio que resulte necesario para preservar o restablecer el orden público, la seguridad pública y la seguridad nacional».

Freno a cualquier atisbo de soberanía digital
Pero la nueva norma no solo otorga amplias prerrogativas al Gobierno en materia de intervención de redes. También obliga a todas las administraciones públicas del Estado –autonomías, ayuntamientos, etc.– a alojar en servidores europeos aquellas bases de datos que incluyan información sobre censos, padrones y datos fiscales, entre otros.

El decreto explica que la medida se toma para prohibir la utilización de «paraísos digitales» que quedan lejos del alcance del Gobierno español, como quedó de manifiesto, sin ir más lejos, durante el referéndum del 1-O, cuando se utilizó un censo universal digital que la Guardia Civil no acertó a desactivar pese a poner en ello todo su empeño.

Del mismo modo, queda prohibido el uso de tecnologías como el Blockchain en relación a estas bases de datos, todo un misil contra la política digital de la Generalitat, que lleva meses desarrollando políticas en este sentido. Finalmente, el texto recuerda que el TC sí permite a las autonomías crear sistemas de identificación digitales, pero subraya que el DNI «es el único documento con suficiente valor por sí solo para la acreditación, a todos los efectos, de la identidad y los datos personales de su titular».

https://www.naiz.eus/eu/actualidad/noticia/20191105/el-gobierno-espanol-podra-cerrar-redes-y-paginas-web-sin-orden-judicial-y-por-motivos-de-orden-publico

Tres testigos confirman que Lanza se defendió porque Laínez llevaba un cuchillo

 
Víctor Laínez atacó antes a Rodrigo Lanza con un cuchillo. Así lo han confirmado hoy en la Audiencia Provincial de Zaragoza tres de los testigos que han declarado en la segunda sesión del juicio a Lanza por el llamado ‘crimen de los tirantes’ por los grandes medios de comunicación, en referencia a los tirantes con la bandera de España que, según la acusación, motivó la pelea.

Rodrigo Lanza se enfrenta a 25 años de cárcel por homicidio con agravante de odio por la muerte de Víctor Laínez. El juicio comenzó el pasado lunes, 4 de noviembre con la declaración de Lanza, que afirmó que la agresión fue en defensa propia, como ya declaró ante el Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza en diciembre de 2017, cuando fue detenido por la muerte de Laínez.

Los hechos sucedieron el viernes 8 de diciembre de 2017 en el bar El Tocadiscos, en Zaragoza, donde Lanza comenzó a vivir tras cumplir siete años de prisión como uno de las personas condenadas en el caso 4F, un caso lleno de irregularidades en torno a la agresión a un policía que quedó tetrapléjico durante el desalojo de una casa okupada en Barcelona en 2006 y a causa del cual otra de las personas condenadas, Patricia Heras, se suicidó en 2011. Lanza acudió al bar Tocadiscos tras salir de trabajar con varios amigos. Allí se encontró con Laínez, miembro de la banda de moteros Los Templarios y de Falange Española de las Jons. Este último hecho ha sido negado hoy, antes de la entrada a juicio, por Javier Laínez, hermano del fallecido, a pesar de que desde la propia Falange reivindican su militancia.

“Salió con un cuchillo y me quiso matar”, afirmó ayer Lanza tras señalar que estaba bastante bebido cuando llegó a este bar durante la primera sesión de un juicio en el que el aspecto de Lanza ha sido lo más noticioso para la mayoría de los grandes medios de comunicación —“poco queda, en lo estético, del Rodrigo Lanza antisistema”, subrayaba El País en su crónica de ayer—.

Hoy, las tres personas que habían acudido con él al lugar de los hechos en la noche del 8 de diciembre han apoyado la versión de Lanza. Uno de ellos ha afirmado ante el jurado que esa noche advirtió al acusado de que Laínez portaba un arma blanca. “Era una navaja, un cuchillo, no sabría decir”, ha afirmado.

Tres ellos, el siguiente en declarar ha sido el dueño del bar donde tuvieron lugar los hechos, que ha rechazado la versión de Lanza en cuanto a legítima defensa y ha afirmado que atacó a Laínez por detrás tras tener una discusión con él. “Le dije ‘cuidado, que viene por detrás’, pero no pudo reaccionar. El acusado cogió carrerilla y le dio un golpe de película, contundente”, que “en el suelo siguió dándole patadas y puñetazos” y que le dijo a Lanza “para, que lo matas”. Este mismo testigo, propietario del local donde tuvieron lugar los hechos, a la pregunta de si pudo ver claramente las dos manos de Laínez como para asegurar que no portaba un arma blanca ha respondido que no. También ha explicado que, siendo un local de hostelería, en el recinto hay varios cuchillos. Y es que la existencia de esa arma blanca con la que, según afirma Lanza, Laínez le amenazó, no fue encontrada durante la investigación, pero tampoco fue buscada el día de los hechos cuando llegó al lugar la policía ya que no se mencionó sobre ella hasta que el acusado pasó a declarar ante el juez una semana después. El día de los hechos, la policía buscó el “objeto” con el que Lanza habría golpeado a Laínez.

En cuanto a las personas que estuvieron ese día, 8 de diciembre de 2017, en el bar Tocadiscos en el momento de la agresión, ha habido contradicciones entre los distintos testigos. Mientras el dueño del bar ha afirmado que tras la agresión salió fuera del local a buscar a una clienta que antes estaba en el lugar y de la que no recordaba el nombre, otro de los testigos hablan de otra persona, amiga de Laínez, que habría llegado tras la agresión y que la policía no ha identificado.

Durante la sesión de hoy también han declarado varios policías que se personaron esa noche en el bar. Su declaración se ha basado en los tirantes con la bandera de España que llevaba Laínez y por los la Fiscalía, la familia del detenido y Vox, que también se ha presentado como acusación en este juicio acusan a Lanza de delitos de odio. Han afirmado que se veían “claramente” y que eran “llamativos”. Otro cargo policial se ha centrado en el perfil activista de Lanza, afirmando que era un “conocido activista” relacionado con el “movimiento okupa y antisistema”. También que era famoso a raíz del documentalCiutat Morta, en el que se tratan las irregularidades cometidas en el caso 4F, por el que Lanza fue condenado en 2009.

https://www.elsaltodiario.com/zaragoza/tres-testigos-confirman-lanza-defendio-lainez-llevaba-cuchillo 

domingo, 3 de noviembre de 2019

EL CAMINO QUE SIGUEN LOS RESTOS SIN NOMBRE

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Cada uno en su caja de plastico está esperando un nombre, ese que le ate a una historia concreta, a su propia vida y sobre todo a una familia que le recuerde. Muy pocos lo van a conseguir, puede que ninguno. En el laboratorio forense hay 45 cajas albergando restos humanos a la espera de su próximo destino aún por concretar. Todas las han traído de Nafarroa. De la fosa de Iruzkun exhumada el 30 de septiembre llegaron los últimos, que son veinte. Y, antes de ellos, había restos humanos rescatados de las siguientes fosas: Etulain (3 personas), Etxakaz (4), Urbikain (6), Larrasoaña (4), Artaiz (2), Ardaitz (2), Urdaniz (3) y Olabe (1).
A esta relación de restos humanos sin identificar que se encuentran a día de hoy en los laboratorios de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, hay que sumar los que han llegado de otros puntos del Estado y otros que lo harán en breve. Lourdes Herrasti –la forense que busca pistas sobre quiénes fueron y cómo los mataron– pasó el día de Todos los Santos en Burgos en labores de exhumación de otra fosa común.

«Nosotros nos encargamos de la exhumación y luego somos responsables de la cadena de custodia de los restos. Nos hacemos cargo de ellos y garantizamos la trazabilidad hasta el laboratorio, es decir, nos ocupamos de que los restos correspondan efectivamente con los que se exhumaron en el lugar», explica la forense después de enumerar de memoria el listado de fosas y el número de individuos rescatados de cada una de ellas.

Desde que en 2015 el Gobierno navarro alcanzara un acuerdo con Aranzadi y comenzara a exhumar con método las fosas que se creen localizadas en el herrialde, la cantidad de restos humanos encontrados parece haber rebasado momentáneamente la capacidad de encontrarles un lugar de descanso. Exhumar con método supone que el Gobierno ya no busca fosas porque así lo piden familiares o asociaciones, sino que cuenta con un plan para prospectar y abrir todas las cunetas de las que se tiene noticia. Esta es la diferencia fundamental con lo que sucede en otros puntos del Estado, aunque, en la práctica, donde verdaderamente se aprecia el paso adelante es en la cantidad de restos de desaparecidos del 36 que están recuperando.

El 1 de abril de este mismo año se llevó a cabo el primer gran enterramiento de 46 personas sin identificar en un panteón del cementerio de Iruñea. Se trata de un monumento funerario imponente que se hace hueco en una de las mejores zonas del camposanto. Lo rodean otros panteones brillantes de mármol, algunos decorados con ángeles y vírgenes a tamaño real pertenecientes a familias de bien que, a primera vista, parecen poco tener que ver con aquellos a los que el fascismo quitó la vida y el nombre. El panteón está cerca también del monumento funerario a Pablo Sarasate y al del periodista republicano Basilio Lacort.
El problema es que, tras esa última inhumación, aquel sobrio panteón se llenó. Hay acuerdo para ampliarlo, pero es complicado que pueda dar cabida a tantos. «En un inicio se pensó para la gente de Iruñea fusilada. Esos son los nombres que aparece en la inscripción. Luego se abrió a gente de navarra no reclamada o que no se sabía de dónde era. Se quedó pequeña. Se acordó la ampliación, pero las posibilidades no son infinitas», comenta Joseba Asiron, exalcalde bajo cuyo mandato llegó esa gran inhumación.

Bajo las pesadas losas del panteón, en realidad, lo que hay es otro pequeño almacén. Los restos de los desaparecidos se colocaron dentro de ataúdes reducidos debidamente etiquetados. El distintivo indica la fosa y el número del individuo por orden de exhumación. Así, en caso de que se consiguiera descubrir la verdadera identidad de alguno de ellos, pueda quedar a disposición de su familia o viajar a su localidad natal.

El trabajo de los forenses

En el laboratorio de Aranzadi no se limitan a custodiar los restos, sino que exprimen al máximo la información que contienen esos huesos amarronados por el paso del tiempo. «Limpiamos los restos que rescatamos. También los restauramos, porque a veces los huesos están rotos en múltiples fragmentos. Analizamos las dentaduras, intentamos delimitar la edad, el sexo y la causa de la muerte… buscamos los orificios de entrada y salida de la bala», explica Herrasti.

Aunque algunos de los desaparecidos tienen más de una herida de arma de fuego, no los mataron pelotones de fusilamiento. Les mataban de un disparo en la cabeza. El balazo llegaba unas veces desde la parte de atrás del cráneo y, otras, desde el lateral. Atando esta forma de ejecución al número de muertos hallados en cada fosa y teniendo en cuenta que las zanjas donde acabarían enterrados en muchas ocasiones las cavaban ellos mismos, se hace fácil reconstruir mentalmente una escena de pesadilla. Recientemente, el Gobierno navarro ha publicado un libro bilingüe (“Bajo tierra. Exhumaciones en Navarra”) con más datos sobre las fosas comunes en Nafarroa y que añade otras pinceladas a estas escenas. Ejemplo de esto son los apuntes que acompañan en ese libro a las dos personas sin identificar de la fosa de Artaiz cuyos restos están en esas cajas de plástico. Los detalles fueron extraídos de una carta del alcalde de Unziti al Gobernador: «el guarda rural del valle había encontrado dos cuerpos que se hallaban en posición supina con las manos atadas a la espalda. Ambos con signos de haber recibido disparos en la cabeza. El individuo de más edad tenía otros dos disparos en el pecho y en el muslo izquierdo». Completa la nota una descripción de cómo vestían: «El primero vestía un trajecito oscuro, con bombacho azul, alpargatas blancas bastante usadas y camisa blanca. El segundo, un traje usado a rayas, camisa de rayas, calcetines grises y alpargatas blancas bastante usadas». Esto les hizo pensar a las autoridades locales que se trataba de «ribereños del campo».

Los forenses de Aranzadi también buscan «otras patologías» en aquellos cuerpos enterrados hace ocho décadas. No ya solo en busca de quién podría ser y poder ponerles por fin un nombre y avisar a los familiares. Según explica Herrasti, las fracturas y su nivel de curación pueden indicar torturas o maltratos previos a la ejecución.

A los restos que llenan las 45 cajas también se les ha extraído el ADN para almacenar sus datos. Con el acuerdo entre el Gobierno navarro y Aranzadi en 2015 (similar al ya alcanzado entre esta institución y el Gobierno de Lakua en 2002) el Gobierno navarro cuenta con lo que se denomina un Banco de ADN. Ahora bien, las muestras tomadas solo serán útiles en caso de que familiares de desaparecidos acudan a en busca de los suyos y se pueda cotejar la huella genética de unos y otros. De ahí la importancia, subraya Herrasti, de que la prensa recuerde que tanta gente ha sido rescatada. Todavía hay esperanza.
Recientemente acudió un familiar a la sede de Aranzadi y se llevó de allí a un pariente. A fin de cuentas, los que hoy han quedado en cajas de plástico no perdieron su nombre porque los suyos los olvidaran, sino que su anonimato es fruto de la crueldad con la que los mataron, cuando no de la propia cobardía de sus matones.

En el caso concreto de Nafarroa, los restos más problemáticos a la hora de poner un nombre están entre los 205 que mataron tras la fuga de Ezkaba, ya que en aquel presidio había prisioneros de todos los puntos del Estado. En muchas ocasiones, las familias de los prisioneros ni siquiera conocieron que les habían trasladado a cientos de kilómetros del punto donde fueron capturados. En el caso del Cementerio de las Botellas (otro lugar de enterramiento de presos que murieron en ese presidio) 45 de 131 restos de desaparecidos fueron recuperados por sus familiares, algunos de ellos regresaron a provincias como Córdoba o Cuenca.

El contrato entre el Gobierno de Nafarroa y Aranzadi vence a finales de noviembre. Josemi Gastón, responsable del Instituto de la Memoria (cuya composición quedó intacta tras el cambio de Gobierno), cree que tendrán tiempo para prospectar tres fosas más antes de ese el plazo. Se trata de tres pistas (testimonios, documentos como la carta del alcalde de Unziti, rumores...). No hay garantías. Puede que haya suerte y aparezcan los cuerpos o que la excavadora falle por unos metros y vuelvan de vacío. Gastón confía en que habrá una renovación del acuerdo. Solo unos días atrás, hubo una reunión con asociaciones memorialistas en la que comenzó a dibujarse el plan de las búsquedas que se realizarán en el año 2020. Planean otra docena de prospecciones. El horror vivido en Nafarroa parece, a veces, casi infinito. Por eso queda tanto camino por delante todavía.

https://www.naiz.eus/eu/hemeroteca/gara/editions/2019-11-03/hemeroteca_articles/el-camino-que-siguen-los-restos-sin-nombre

LA FRACTION Aussi Long Sera Le Chemin [full album]

martes, 22 de octubre de 2019

La fosa de Tejería, el mayor crímen del franquismo en Nafarroa

A.C.A.B (Sub.Media)


Documental ACAB realizado por les compañeres de Sub.Media, colectivo anarquista canadiense dedicado a la producción audiovisual autogestionada, y que en sus vídeos trata distintas cuestiones relacionadas bien con los distintos ejes de opresión y sus respectivas intersecciones dentro del sistema de dominación (Patriarcado, Colonialismo y Racismo, LGTBIfobia, opresión de clase...) o bien con las diferentes formas de resistencia que surgen frente a ellos. Ya habíamos traducido con anterioridad otra producción de este colectivo, el documental "Mundos Locos", referente a la salud mental desde una perspectiva revolucionaria y antiautoritaria. Por diferentes razones, y a pesar de que ya habíamos presentado el documental en algunos espacios organizando proyecciones y debates sobre su contenido, lo cierto es que hasta hace poco no habíamos podido revisar y rectificar algunos pequeños errores que habíamos detectado en nuestra traducción inicial, y este es también el motivo por el que hemos tardado tanto en publicarlo aquí. De todos modos, pensamos que, por desgracia, el documental conserva plena vigencia, y nos parece un interesante aporte.

En esta ocasión, el documental, que se enmarca en la serie "Trouble" (formada por capítulos monográficos de media hora sobre distintos temas), aborda el papel y la figura de la policía, su función como instrumento de represión y como salvaguarda de los valores y estructuras que sustentan la supremacía blanca, el capitalismo, el neoliberalismo, el Patriarcado y todas las violencias que se derivan de ellos, dando además voz a otros grupos y organizaciones de autodefensa formadas por personas que, por su condición de racializadas y pobres, suelen ser las que más sufren esos abusos policiales.


Las torturas que nunca vio Marlaska


Entre el 6 y el 11 de septiembre de 2001, el joven de Gasteiz Unai Romano estuvo incomunicado en manos de la guardia civil, período en el que debió ser hospitalizado. Cuando se recuperó, quiso dejar escrito el relato minucioso de esos cinco días y noches. Este es el texto casi integro. Su elocuencia hace innecesarios más comentarios.

Alrededor de las 4.00 del día 6 de setiembre de 2001, estoy durmiendo y me despiertan unos ruidos. Salgo al pasillo y veo unos guardias civiles discutiendo con mis padres. Me acerco y me preguntan si soy Unai Romano, a lo que contesto que sí (…) Me dicen que estoy acusado de «colaboración con banda armada», y en ese momento empiezan a subir por las escaleras guardias civiles vestidos de paisano y la secretaria del Juzgado. Me ponen las esposas y me dicen que van a registrar el piso.

Empezamos por mi cuarto. Miran papel por papel, libro por libro. El registro de mi cuarto es eterno (…) Lo que les interesa lo van dejando encima de la mesa (…) Luego se levanta acta de todas las cosas que se llevan de mi cuarto y pasamos al siguiente (…) La secretaria se empieza a cansar y el mando de los guardias civiles les dice que vayan más rápido (…) Se ha levantado acta de todo, y cuando parece que se ha terminado todo se acuerdan del camarote. Cuando estamos entrando no se fían y se cubren conmigo, mientras tienen la mano en la pistolera. Cuando bajamos a casa, me permiten que me duche, me vista y me despida de mis familiares pero sin abrir la boca, como ha sucedido en todo el registro.

Me bajan al soportal y me ponen contra una esquina mientras ellos discuten de cómo me sacan (…) Al final, me tapan y me llevan dos de ellos. El coche me lleva a un sitio que desconozco. Todo el trayecto lo he hecho en silencio y con la cabeza entre las piernas. Nada más bajarme del coche hay unas escaleras, no me avisan y me caigo de rodillas en ellas. Me meten a un calabozo con pasamontañas y me ponen contra la pared. Tengo problemas para respirar y el guardia civil que me cuida dice que no tengo derecho a respirar.
Me meten en una furgoneta, al rato, y sin esposar me llevan a Madrid. El viaje se realiza a gran velocidad, según deduzco por el ruido que saca el motor. Durante el traslado se mete alguien en donde estoy yo y me pregunta por qué creo que me han detenido. Le respondo que es porque conozco a algún detenido. El me aconseja, como amigo, que colabore. Me dice que hasta el momento ellos se han portado bien conmigo, y que colabore.

Me llevan a una comisaría, me ca- chean y me dan cuatro consejos muy importantes allí: obedecerles, tener los ojos cerrados, no mirarles a ellos a la cara y, si me cruzo con algún otro detenido, no mirarle. Me meten en un calabozo y me obligan a permanecer de pie.

Al cabo de un rato empiezan los interrogatorios. Me piden que colabore continuamente, mientras me golpean en la cabeza con unos palos forrados en espuma o cinta aislante. Que si conozco a fulano, que si conozco a mengano, que si puse un coche bomba, que si disparé a alguien… Me dicen que he hecho todo ese tipo de cosas, lo que yo niego rotundamente. Al instante de negarlo, me golpean tres o cuatro veces con los palos forrados. Luego me preguntan de nuevo. Cuando estoy grogui paran y me preguntan sobre la cuadrilla, sobre los familiares, sobre dónde poteaba en la Parte Vieja de Vitoria, sobre camareros, temas sobre el trabajo, política, ikastolas, gaztetxes. Cuando me tranquilizo un poco y después de que me den un poco de agua ­agua que me recupera mucho, no sé si estaría drogada o algo por el estilo­ empiezan de nuevo (…)

Todos los interrogatorios los hago con un antifaz puesto en los ojos (…), y por encima del antifaz me ponen un pasamontañas. Cada vez los interrogatorios son más duros y me llegan a colocar hasta tres pasamontañas. Yo creo que es para amortiguar los golpes, pero la sensación de agobio es terrible, y no paro de sudar la gota gorda.

Otra cosa que me hacen es la bolsa. Me colocan una bolsa en la cabeza y la cierran aguantándola, y así hasta que me tambaleo. Me lo hacen hasta unas ocho veces en total. Luego lo mismo; cuando estoy atontado, preguntas sobre mi forma de vivir, de dónde andaba y con quién, más agua y vuelta a empezar.
También me obligan a realizar flexiones. Estoy de pie y me hacen ponerme en cuclillas ­a esto le llaman «el ascensor»­. Me tienen mucho tiempo haciendo esto y acabo totalmente empapado en sudor. En una de éstas me hacen firmar una hoja para el Juzgado, según creo recordar, que tengo que volver a repetir ya que la he dejado totalmente mojada del sudor que me cae de la cabeza y del que tengo en las manos y brazos (…)

Durante los interrogatorios oigo gritos de dolor de otra gente. No sé quiénes o si los producen ellos mismos, pero son espeluznantes (…) En una de éstas, cuando me sacan de un interrogatorio y me tienen en el calabozo de pie, entra uno de ellos y solamente me coloca el antifaz (…) y me lleva a una habitación donde está una mujer. Se identifica como médico forense y me enseña su carné (…) Me pregunta por mi estado de salud en general, y le digo que estoy reventado físicamente y lo de los golpes en la cabeza. Me pregunta por las operaciones que había tenido y le comento lo de mi arritmia asintomática (…) Los guardias civiles están detrás de la puerta y me imagino que ellos nos oirían a nosotros como nosotros les oímos a ellos.

Me meten en el calabozo y, a los pocos minutos, me ponen el antifaz y la capucha o capuchas. Me meten en otro lugar y me preguntan qué le he dicho a la médico forense. Empiezo a contárselo y me interrumpe uno de ellos gritándome como un loco que ya sabía lo que le había dicho. Al instante, me golpea unas veinte veces seguidas con aquellos palos, creo.

Empiezan los interrogatorios. Estos son mucho más salvajes que los anteriores. Las preguntas son las mismas o parecidas (…) Siempre que contesto que no, me golpean duramente. Yo estoy de pie. Me preguntan constantemente y me caen golpes cada vez más fuertes, pero ahora me van girando ellos, una vuelta para aquí, media para allá, ahora para aquí…, todo ello entre golpes y preguntas intercalándose constantemente. Dos guardias civiles me suben en sillas y comienzan a golpearme desde arriba. Cada vez están más agresivos y los palazos que me meten son ya de campeonato. Los golpes son siempre en la cabeza y en la frente. No sé cuánto tiempo llevo ni qué hora es (…)

Me tienen haciendo ese tipo de flexiones, de pie, en cuclillas, de pie…, pero cuando estoy en cuclillas me golpean en la cabeza y con el mismo impulso del golpe me caigo al suelo, aunque siempre me cogen antes de que caiga del todo (…) Me dejan descansar y me dicen que soy el único «hijo de puta» que no ha hablado y que como no les diga nada, voy a salir como «el Lasa ése» (…)

Más agua, más preguntas y empezamos. Ahora me tienen sentado en una silla. Ya no me aguanto de pie, y me gol-pean constantemente. Las preguntas ya no son tan habituales, pero los golpes son constantes. Me tienen en una silla con respaldos para los brazos y ando grogui de un lado para otro. No quieren que me desmaye, y cuando ven que no puedo más, se controlan un poco. Uno de ellos me habla al oído suavemente diciéndome que diga cualquier cosa, que me lo invente, que ése es su trabajo (…) Luego viene y le digo que no lo he hecho, se pone histérico y me dice que a partir de ahora le voy a rogar que me mate. Me agarran entre unos y me golpean más fuerte en la cabeza. Ellos se cansan y se van turnando. Me ponen los electrodos con una porra eléctrica en los genitales, en el pene, en la parte superior de la oreja, y detrás de las orejas. También me ponen la bolsa, y me siguen golpeando.

Estoy roto y me empiezan a amenazar con que mi novia y mi hermano están de camino y que les van a hacer el doble de lo que me han hecho a mí (…) Los golpes continúan mientras me agarran entre algunos y me empiezan a decir que han detenido a mi madre y que está camino del pantano que está cerca de Vitoria. Los golpes continúan. Yo les ruego que dejen a mi madre, que nunca ha hecho nada. Me dicen que le están haciendo «el ascensor» en la presa, atada por los pies y en el agua. Se oyen llamadas como que están hablando con los del pantano. Uno de ellos pega un grito y se callan todos. Me sientan en una silla y uno de ellos me comunica que mi madre ha fallecido (…)

Me llevan al calabozo y me dejan allí alrededor de una hora. Mi situación es brutal. Se me está hinchando la cabeza a una velocidad increíble, y ya no veo nada. El pensamiento me juega una mala pasada y me creo lo de mi madre. La cabeza me está quemando y lo único que quiero es salir de allí. De repente viene uno de ellos y me ve que me estoy levantando de la cama (…) Me quema la cabeza entera, me la palpa y está exageradamente hinchada, me duelen los ojos y siento como si me fuera a estallar la cabeza. Lo de mi madre me tiene histérico y decido autolesionarme mordiéndome las muñecas. Tengo, o mejor dicho noto ,una pequeñas marcas en las muñecas y primero con los dedos y luego con la boca logro lesionarme.
De repente, viene uno de ellos y me dice que me levante y que le acompañe. Me coge las manos por detrás y se da cuenta de lo de las muñecas. Me llevan por los pasillos, me suben las escaleras y me meten en una habitación. La médico forense está asustada, pregunta qué me ha pasado y qué me han hecho. El guardia civil le dice lo de las muñecas, y se va. Me dejan con ella, estoy histérico, no reconozco la voz de esa mujer y no puedo verla (…) Me obliga a sentarme y me pregunta qué tal estoy, a lo que le contesto que me va a estallar la cabeza.

Son las 10.00 del 7 de setiembre. Pide un coche urgente a los guardias civiles y nos dirigimos al hospital (…) Ellos me quieren llevar a un hospital militar, pero la médico dice que no, y que vamos al hospital «no sé qué universitario», no me acuerdo del nombre. Por el camino me pongo histérico, y le digo al médico forense que han matado a mi madre y que llame a mi casa (…) Llegamos al hospital, por urgencias, creo. Me sientan en una silla de ruedas y me curan lo de las muñecas. La médico forense se va a hablar con los médicos (…) Luego viene la médico forense, que me dice que ha llamado al juez y que no le ha pasado nada a mi madre. Me sigue dando la mano y tranquilizándome.

Me empiezan a hacer las pruebas. Su mayor preocupación es que no me hayan roto el cráneo o, mejor dicho, que no tenga rotura craneoncefálica (…) No sé durante cuántas horas me tienen allí, pero la médico forense me comenta que me voy a quedar ingresado en aquel hospital. Me dice que está en contacto con el juez y que ya sabe qué ha pasado.

Cada vez que me hacen una prueba, la médico forense viene y me dice que no tengo rotura de cráneo. El dolor me mata vivo y no me quieren dar nada hasta que no tengan los resultados de todas las pruebas. Ella me sigue dando la mano. Con el paso del tiempo, me dicen que no tengo rotura craneoencefálica y que tengo un edema y contractura muscular en el cuello. Tengo toda la cabeza y el cuello hinchados. La médico forense me dice que tengo toda la cabeza morada y los ojos negros, pero que es normal con un edema. Me quieren poner un collarín, pero como tengo el cuello tan hinchado no me sirven los que tienen allí, me quedan todos pequeños y tardan una hora en encontrar uno que me pueda poner.

En un momento dado, le comento a la médico forense lo que me han hecho, y cuando le digo lo de los electrodos, me mira la oreja y me dice que la tengo quemada por la parte de arriba y que detrás está hinchada (…)

Me hacen un reconocimiento médico completo, con todo tipo de pruebas de coordinación (…) Queda por verme el oftalmólogo, ya que no puedo abrir los ojos. Viene la médico forense y me dicen que me llevan a la enfermería de una prisión, pero que primero tenemos que ir a comisaría, donde he estado anteriormente, y que después me llevan a prisión. Me entra un miedo atroz, pero ella me tranquiliza diciéndome que el juez lo sabe y que no me van a hacer nada (…)

Me llevan a la comisaría y me meten junto con la forense en su habitación. Ella pide la silla más cómoda que tengan y me traen una sin apoyabrazos. Me siento con ella. Me traen hielo y me lo pongo unos segundos en cada lugar que creo oportuno (…) Me traen la comida, aunque más o menos son las 18.00. La comida consiste en dos yogures y un sandwich. La médico forense se sienta a mi lado y me da de comer los yogures. El sandwich no puedo masticarlo y no me lo como. Ella se tiene que ir y me deja solo alrededor de dos horas. Durante ese tiempo tengo a dos guardias civiles fuera de la habitación, mirándome y riéndose continuamente. Se van turnando y se ríen del aspecto de mi cara, mientras me dicen cosas del estilo de que soy un cerdo, un monstruo, y más tonterías del estilo. Yo mientras tanto, permanezco quieto y sólo me muevo para colocarme el hielo. Hacen amagos de venir pero no me tocan ni un pelo mientras permanezco en aquella habitación. El dolor persiste y lo ! único que me calma es darme hielo y estar quieto (…)

Oigo cómo viene uno gritando que trae mi cena y escucho como agitan los yogures y se los beben mientras se ríen. Pasa el tiempo y los dolores empiezan a aumentar de nuevo. Me quejo de dolor y mandan a algunos de ellos a buscar a la médico forense, pero pasa el tiempo y no aparece nadie. De repente viene uno de ellos con una ampolla y dice que es para mí. Pero yo no me fío y pego un traguito pequeño y, como sabe a rayos, cuando oigo que se aleja vacío todo el vaso en una silla acolchada de ésas de tela que tengo a mi lado (…) Ese medicamento es muy fuerte y lo poco que bebo me produce unas enormes ganas de dormir, por lo que tengo que hacer un gran esfuerzo para no dormirme.

A la hora, aproximadamente, me meten en un coche y empiezan a hacer tonterías mientras nos dirigimos a un lado que no sé. Meten grandes acelerones y luego frenan bruscamente, ponen las sirenas y andan en zig-zag. La música la tienen muy alta y paran el coche en un par de ocasiones, se bajan los que van sentados delante y hacen como que abren la puerta, pero luego seguimos adelante. En una de las ocasiones en que hacen un zig-zag, tengo que apoyar la cabeza en el cristal para no golpearme, y noto que tiene una cortina (…)

En una de estas ocasiones paramos, y el guardia civil que va a mi lado me pregunta si quiero hablar con la Guardia Civil. Yo le respondo que no y me bajan del coche. Comienzo a oír ruidos y puertas que se abren y se cierran continuamente. Creo que estoy en una prisión, pero no me fío. Me sacan dos fotos y me toman las huellas (…)

Estoy totalmente ciego y algo atontado, y me llevan ante los médicos. Me miran por encima, me preguntan algo y me dicen que me van a poner un apoyo para dormir, ya que no puedo valerme por mí mismo, y me meten en una celda con dos camillas, un baño, un labavo y una ducha. El apoyo es un colombiano que me ayuda a acostarme, a orinar y a levantarme de la cama. Me dan otras pastillas y duermo unas horas, según me dice el apoyo. Por la mañana hablamos y me dice que tengo la cara totalmente hinchada, con los ojos negros y todo el resto morado, menos la punta de la nariz y los labios, que tienen un color normal. Me cambian de apoyo, y me ponen otro (…)

Me entero que he llegado a la cárcel el día 8 de setiembre, sobre la una de la madrugada. Estoy en Soto del Real, en el módulo de enfermería, en la zona de aislados.

A las dos horas de llegar el segundo apoyo, me comunican que estoy incomunicado y no puedo tener apoyo. A partir de ese momento, tengo que ir palpando todo, para poder ir al baño, a la cama, a comer (…)

Pasa el sábado día 8 y el domingo 9, hasta la tarde. Me pego una ducha y empiezo a ver algo. Al principio es borroso, pero con el paso de las horas veo mejor. Tengo los alrededores de los ojos negros, lo que es el blanco del ojo ensangrentado, toda la cara hinchada y oscurecida, y el cuello y los hombros, hasta el pecho, oscurecidos también (….)

No puedo dormir, ya que al apoyar la cabeza en la almohada me duele, y le digo al médico que me aumente el medicamento. Quedamos en que me va a dar dos Nolotil, pero me da una pastilla verde y blanca que resulta ser demasiado fuerte. He estado en dos ocasiones a punto de caerme al suelo, mareado, y le digo que no la quiero más y que me dé dos Nolotil.

Me tiene 24 horas al día encerrado en la celda de enfermería, y no quieren que me vea nadie ya que mi cara es bastante espectacular según me dicen los apoyos, ya que ellos sí que me ven al darme la comida. Sigo durmiendo muy mal.

El lunes, día 10 de setiembre, viene otro médico forense del juzgado (…) Toma nota de mi estado, sobre todo de la cara y del cuello, y cuando le quiero comentar algo, me dice que aquéllo es un mero trámite para poder pasar ante el juez. Acordamos que estoy en condiciones de pasar, no en muy buenas, pero accedo. Por la noche me comunican que me van a levantar a las 7.00 del día siguiente, el 11 de setiembre.

Me llevan a ingresos, me dan de desayunar y luego me ponen en manos de la Guardia Civil, que me va a llevar a la Audiencia Nacional. Le comunico al guardia civil que me va a colocar las esposas que tengo las muñecas heridas y que no me las ponga, a lo que me responde con que si tengo un papel médico que diga eso. Le digo que no y me esposa a la espalda.

El viaje a la Audiencia resulta muy duro, ya que todavía no me encuentro muy bien. Una vez allí me dejan en manos de la Policía Nacional, y uno de ellos comenta al otro que me han hecho «la del pulpo» (…) La secretaria del juez me lee mis derechos, designo a Iker Urbina como mi abogado y digo que quiero ver al médico forense.

Me llevan al calabozo y al rato me sacan para llevarme delante del médico forense. Le digo que tengo un dolor que es nuevo en la mitad del pecho, que se agudiza al moverme y que me deja tres o cuatro segundos sin respiración (…) Le cuento los tipos de torturas y toma nota, pero me dice que eso se lo diga al juez (…) Me llevan al calabozo, y al rato me suben ante el juez.

El trayecto desde el calabozo hasta el despacho del señor juez lo hago con una chaqueta en la cabeza que me impide ver nada. Empieza la toma de declaración, respondo a las preguntas y niego las acusaciones. Cuando me pregunta si quiero añadir algo más le comento las torturas y malos tratos que he sufrido y empiezo a contárselas. Al cabo de medio minuto, me interrumpe diciéndome que lleva muchos años trabajando con la Guardia Civil y que mucha gente dice sufrir las torturas y que no me cree. Dice también que además, al no haber declaración policial, que ése no es el sitio indicado para denunciarlo, y que vaya al Juzgado para poner una denuncia. Me quedo perplejo, le miro a la secretaria y asiente con la cabeza. Mi abogada de oficio no me quita la vista de la cara y tampoco no dice nada (…)

Me bajan al sótano con la chaqueta puesta de nuevo en la cabeza y me meten en una furgoneta de la Guardia Civil que me lleva de nuevo a la prisión. Yo esperaba poder ver a mi abogado, pero al parecer no quieren que nadie me vea la cara.

Una vez en prisión les digo que quiero hacer la llamada que me corresponde ya que me encuentro comunicado, y me dicen que hasta que llegue la notificación no puedo hacerla.

Me sacan de aislamiento y me llevan a una zona de hombres. A la mañana siguiente pasa el médico y me dice que hasta que no me desaparezcan las marcas de la cara voy a seguir en la enfermería (…) Para el día 14 creo estar en bastantes buenas condiciones para que me trasladen al módulo, pero no me llevan hasta el día 18, que es cuando han desaparecido todas las marcas, o casi todas (..)

He tardado tanto en escribirlo porque cada vez que me ponía a describir lo que pasó me ponía muy nervioso y tenía que ir poco a poco. Se me ha olvidado comentar que en los interrogatorios me hicieron estar mucho tiempo desnudo. *

El testimonio de Unai Romano se incluye en el informe «Tortura en Euskal Herria», referido al año 2001. Ha sido editado recientemente por Torturaren Aurkako Taldea (TAT).

https://borrokagaraia.wordpress.com/2019/10/20/las-torturas-que-nunca-vio-marlaska/

domingo, 13 de octubre de 2019

Policía y Guardia Civil siguen cobrando el plus de "conflictividad" en Euskadi y Navarra que cuesta a Interior 45 millones al año

Nada ni nadie puede detener el tiempo. Hace ya algo más de 17 meses de aquel 3 de mayo de 2018 en el que ETA, tras amagar con publicar un vídeo en alguna cadena internacional, confirmó vía audio que se disolvía para siempre. Sin embargo, tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil mantienen los incentivos económicos que comenzaron a otorgarse a sus efectivos en el País Vasco y Navarra allá por 1986, cuando se producían atentados de manera habitual. Hoy, a pesar de que los riesgos han desaparecido, los pluses continúan. Y continuarán.

“Tanto Policía Nacional como Guardia Civil cobran plus de conflictividad en idéntica cuantía. No se ha barajado suprimirla”. Así de escueta es la respuesta trasladada a Público por fuentes oficiales del ministerio de Interior, que omitieron indicar –pese a lo solicitado por este periódico– qué cantidad de dinero se dedica a esos pluses.

No obstante, fuentes de ambos cuerpos señalaron que el monto actual es de 678,61 euros brutos mensuales en el caso de policías nacionales y de 681 euros a cada guardia civil. Esos pluses suponen una parte importante del salario que perciben los agentes en esta zona.

Teniendo en cuenta el número de miembros de ambas fuerzas en estas comunidades –1.900 policías y 3.607 guardias civiles en Euskadi y Navarra–, el gasto anual en pluses de conflictividad asciende a 44.948.712 euros.

Una auditoría realizada hace algunos meses por Ernst&Young Abogados recomendaba a Interior la “revisión” de esos complementos en función del nuevo escenario abierto en la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral Navarra tras la desaparición de ETA. Sin embargo, desde Interior transmitieron a Público en su brevísima respuesta que no se ha estudiado suprimirla. No aclararon, en cualquier caso, si podría revisarse el monto, tal como planteaba la auditoría.

Ampliarlo a Catalunya

En ese contexto, las principales asociaciones de la Guardia Civil y Policía Nacional ya se han manifestado en contra de una hipotética supresión de esos pluses, ya que sostiene que a pesar de que ETA ha desaparecido, aún existe una situación de peligrosidad para los integrantes de ambos cuerpos tanto en Euskadi como en Navarra.

De hecho, el objetivo de esas organizaciones es ampliarlo a Catalunya, donde entienden que a día de hoy se vive también una situación de conflictividad que debe ser correspondida con un complemento salarial para los agentes allí destinados.

En una reciente declaración, Independientes de la Guardia Civil (IGC) advertía que “desde los acontecimientos y enfrentamientos sufridos ante la actuación de las Fuerzas de Seguridad para dar cumplimiento a las órdenes judiciales de impedimento del pseudo referéndum del 1 de octubre de 2017”, los miembros de ese cuerpo “han visto sin duda perjudicadas las relaciones sociales con sus convecinos que ven en ellos uno de los obstáculos a salvar para conseguir una hipotética segregación del resto de España".
IGC señalaba incluso que guardias civiles que prestan funciones en Catalunya “se han visto obligados a trasladar a sus hijos y esposa a otras comunidades del Estado”, mientras que en otros casos han tenido que “cambiar a los niños de colegio, e incluso llevarlos a colegios privados, ocultando la profesión del progenitor”. Aquello, señalaba esa asociación, “nos traslada a los años en los que imperaba el terrorismo en el País Vasco y Navarra”.

https://www.publico.es/politica/final-eta-interior-mantiene-pluses-conflictividad-euskadi-navarra-suponen-45-millones-euros-ano.html

Tierra y Kurdistán, más allá de ser un documental sobre la situación política del Kurdistán, es un retrato íntimo de las relaciones que se crean entre el pueblo kurdo y lxs internacionalistas que llegan hasta allí. Es un viaje interior, a las vivencias, sentimientos y contradicciones que enfrentan en este proceso de conocimiento y aprendizaje. Un viaje a través del Kurdistán, a las zonas de Bakur y Rojava, situadas bajo la ocupación de Turquía y Siria El viaje estaba dedicado a conocer como se construye la autonomía en el Kurdistán, tratando los principales ejes de la lucha del pueblo kurdo: el feminismo, la ecología, la educación, la represión y la sanidad. A lo largo del documental conocemos dos modos diferentes de construir este proyecto.

De un lado Rojava, que cuenta con la total autonomía de un territorio liberado dentro de las fronteras de Siria, muy influido por la revolución Siria de 2011. Del otro lado, Turquía, donde el movimiento de liberación kurdo tiene dos vertientes con objetivos comunes: la via parlamentaria del HDP y los diversos proyectos de autogestión y asambleas que florecen pese a la persecución dictatorial del gobierno, que ha encarcelado a numerosxs activistas, periodistas, intelectuales, diputadxs. Además de visitar a numerosas instituciones, colectivos, y autoridades locales, pasamos mucho tiempo con las personas que construyen este sueño desde la base, compartiendo muchos momentos íntimos y emotivos. Es ahí, en esta experiencia de convivencia con las personas que habitan el Kurdistán, donde comprendimos la dimensión de este movimiento, que va más allá de las instituciones políticas y los colectivos que trabajan por el confederalismo democrático. Cámara Negra es un colectivo audiovisual que elabora proyectos documentales y de ficción.

Con el objetivo de que el producto final de pie al debate y a generar nuevas corrientes de pensamiento y crítica, lejos de las corrientes impuestas por los Mass Media. La Semilla Audiovisuales es un colectivo audiovisual de mujeres que comenzó sus andanzas allá por el 2012 con el documental Stop! Rodando el Cambio. Creen férreamente en la cultura libre como corriente de pensamiento, y en el cine como herramienta de transformación social.

miércoles, 9 de octubre de 2019

Black Lives: Trampa (Episodio 10) - Documental de RT

La traición a Jarrai (KAS)



Autor: Borroka garaia da!

Jarrai nació como las juventudes abertzales socialistas revolucionarias integradas en KAS. Y esto es un dato que no se puede pasar por alto. Posteriormente vendría cierta autonomización que no voy a entrar a valorar que resultados trajo, pero en cualquier caso la tradición política es y ha sido la socialista revolucionaria.

Cosa que no se puede nunca confundir con la izquierda abertzale en general y más concretamente con lo que fuera la Unidad Popular. La Unidad Popular como el propio nombre indica fue una confluencia de diversas tradiciones políticas en la que se encontraba la socialista revolucionaria, pero también la ekintzale, la socialdemócrata y otras más así como la de personas independientes. Lo que quiero decir con esto es que Jarrai nunca fue las juventudes de HB, ni siquiera las de KAS aunque estuviera integrada en ella. De la misma manera que HB nunca fue el órgano rector y directivo de la izquierda abertzale en general sino la encargada prioritariamente de la lucha institucional, como lo han sido otras organizaciones en otros frentes de lucha. De ahí que la izquierda abertzale históricamente tuviera forma de movimiento revolucionario (la estrategia revolucionaria y la lucha global ocupa el centro y todo lo demás lo alimenta) al contrario del modelo clásico de la socialdemocracia que tiene forma de partido institucional con satélites en dependencia. (la estrategia institucionalista ocupa el centro y todo lo demás lo alimenta).

Hace casi 30 años Jarrai (KAS), no la izquierda abertzale en general, no HB, no KAS sino una parte de ella, compró un local en la calle Ronda de Bilbo. El objetivo fue impulsar el movimiento estudiantil y la lucha en la enseñanza para que diversos agentes pudieran hacer uso del local. Desde el primer momento la gestión recaería en el “Euskal Ikasleen Erakundea” que durante estas tres décadas ha sido y sigue siendo gestionada por el sindicato estudiantil Ikasle Abertzaleak.

Existían dos cosas muy importantes para Jarrai (KAS). La primera era que lo importante no era la propia organización juvenil (aunque lo fuera), sino la juventud vasca. Una organización poderosa solo sirve para ponerla en una vitrina si la juventud vasca no está fuerte. Y para que la juventud vasca estuviera fuerte no se le podía poner directrices, mandatos y leyes a cumplir sino trabajar mano a mano con ella aun desde la diferencia, y que el aprendizaje mutuo y el respeto sirviera para el avance del movimiento juvenil vasco en su conjunto. La segunda era que ese tipo de trabajo y militancia de calle a parte de ser un trabajo anónimo y cansado donde no hay ascenso social ni medallas ni apenas reconocimiento se ofrecía sin contrapartidas. Si tú te estabas dejando el alma y la piel, como se le supone a cualquier militante de cuadros y vanguardia, en una gazte asanblada, en un grupo de insumisión, en un gaztetxe o en un grupo de ocio y tiempo libre, eso no suponía que nadie te debía de guardar ninguna deferencia especial, ni te podías erigir en el ordeno y mando, en el se hace lo que yo digo por cojones. La dirección política en todo caso vendría del ejemplo dado, la referencia adquirida y la adhesión que suscita. Por eso a parte de dar ejemplo, lo importante era convencer no “vencer” a los compañeros y compañeras del movimiento juvenil. Las veces que no se cumplieran estos preceptos no se estaba actuando haciendo honor al nombre de Jarrai (KAS).

Que después de 30 años de “Euskal Ikasleen Erakundea”, de que el sindicato de estudiantes llamado Ikasle Abertzalek se haya dejado el alma y la piel haciendo su trabajo y llevando adelante el local, una organización llamada Sortu a la que no pertenece ese local ni nunca le ha pertenecido, que no ha tenido el valor de ir de frente sino que de espaldas y ocultando sus movimientos a Ikasle Abertzaleak se ha hecho irregularmente con la propiedad burguesa aprovechando que tres personas han traicionado la confianza dada que tenían sobre la propiedad como titulares meramente nominales, saltándose los estatutos de “Euskal Ikasleen Erakundea” y entregando deslealmente el local a una organización ajena, solo tiene un nombre: Robo a Ikasle Abertzaleak, pero también traición a todo lo que significó Jarrai (KAS), a todas las líneas de actuación, a todas las filosofías de trabajo y sobre todo a lo más importante, traición al movimiento juvenil vasco. Y esa traición queda certificada con el viejo sello socialdemócrata de llamar para-policial o español a todo lo que no se puede contrarrestar desde el sectarismo inútil. La mentira o la sopa boba como único recurso para luego hacerse los suecos. Eso no lo cambian ni mil memes.

Este robo se ha producido por una única razón; Es una consecuencia directa del abandono de la forma de movimiento donde la estrategia institucionalista ocupa el centro. Al fin y al cabo, el mayor logro de la represión no es la represión en sí misma, sino que tras largos años de sufrirla, ésta sea considerada como imbatible, certera y exitosa. Tanto como para integrarla y reproducirla en tu propio accionar. Claramente un síntoma de derrota e impotencia. Y una cuestión que siempre sobrevuela cualquier proceso de liberación que no sea un camino de rosas, como así lo son o acaban siendo todos si es que lo son. No tener el valor suficiente de aceptar las diferentes expresiones de la izquierda abertzale , del movimiento popular o del juvenil e intentar pasar un rodillo. Claro que ese rodillo solo funciona con los que en silencio bajan la cabeza por miedo a perder status social ¿Pero cuándo se abrió paso este tipo de corrupción corporativa que no solo ha afectado o está afectando a Ikasle Abertzaleak sino a cientos y cientos de militantes jóvenes y no tan jóvenes por toda Euskal Herria que han tenido o tienen que soportar semejante estupidez?

Lo único que creo es una cosa, que nosotros tenemos que tener la suficiente capacidad como para destruir todas las opiniones contrarias sobre el argumento o sino dejar que las opiniones se expresen. Opinión que haya que destruirla a palos es opinión que nos lleva ventaja a nosotros. […] No es posible destruir las opiniones a palos y precisamente es lo que mata todo el desarrollo, el desarrollo libre de la inteligencia.

Che Guevara. Apuntes Críticos a la Economía Política, p. 401.


https://borrokagaraia.wordpress.com/2019/10/09/la-traicion-a-jarrai-kas/ 

domingo, 29 de septiembre de 2019

La ira de los 'chalecos amarillos' - Documental de RT

HIJOS NO - Documental de RT


Hay personas que en las fiestas brindan por no tener hijos y abogan por
un planeta menos poblado. Pero, ¿qué pasará con la humanidad, como parte
de la naturaleza, si deja de reproducirse? Según las estadísticas, en
el 2018 la tasa de natalidad en Estados Unidos cayó al nivel más bajo en
32 años, y el número de estadounidenses que no quieren tener hijos
sigue creciendo. ¿Qué los lleva a abandonar la procreación?

Piden censurar a un grupo navarro por “el contenido blasfemo de sus canciones”

jueves, 19 de septiembre de 2019

Hitler El Adicto

Eugenio


Millones de personas de varias generaciones se rieron con sus chistes. Tenía clase, un estilo único y gran popularidad. Dos décadas después de su muerte, por primera vez, su familia y amigos explican cómo fue Eugenio y como era su vida.

Eugenio llenaba los escenarios con su presencia y su particular sentido del humor. Siempre impasible, sin gesticular, vestido de negro, escondido tras unas gafas oscuras y el humo de una eterna cigarrillo, dejó huella en varias generaciones que aún hoy cuentan y ríen sus chistes. A partir de los años ochenta y hasta mediados de los noventa estuvo presente en todos los hogares españoles a través de la pequeña pantalla. Hizo giras por todo el país y parte de América Latina, ganó discos de oro, llenó teatros, plazas de toros, salas de fiestas, lo reclamaban en todas partes. Sin embargo, el éxito profesional ocultaba lo que pasaba lejos de los focos, en la intimidad.

En realidad, Eugenio era un personaje con muchas facetas. Fue joyero, cantante, músico, empresario, pintor, actor y aficionado al esoterismo. Su vida estuvo marcada por un gran amor -su primera esposa, Conchita Alcaide-, que le llevó a la fama. La muerte prematura de Conchita fue el punto de inflexión que marcó su vida. Por una parte, coincidió con el inicio de su éxito. Por otra, se apoderó de él una tristeza que le llevaría a un pozo de oscuridad y depresiones. Una carga de la que nunca logró recuperarse a pesar de su popularidad, intentó rehacer su vida con otras parejas y buscar otros caminos para encontrarse a sí mismo.
Dos décadas después de su muerte, el documental "Eugenio" saca a la luz la realidad humana de aquel mítico personaje.

Las victimas invisibles. Terrorismo de Estado (II).

Brutal represión asesina durante los años del languidecer del Franquismo (1970-1974). 
 

Recordadas ya las victimas mortales que había dejado el régimen franquista en los años 60, los primeros años 70 dejaron una lista interminable de asesinatos perpetrados por las fuerzas de seguridad del estado. La clase obrera empezaba a atreverse a manifestar sus demandas en la calle y esa lucha creciente solo podía ser reprimida por la fuerza de las armas. Por otra parte, las detenciones de disidentes políticos que eran torturados sistemáticamente y las emboscadas realizadas contra miembros de ETA, suponían un goteo constante de muertos, a lo que habría que sumar los numerosos casos de caídos en simples controles de carretera o huidas de supuestos pequeños delincuentes desarmados, resueltos mediante “gatillo fácil”, hechos que ocurrían especialmente y por razones obvias, en Euskal Herria.

Euskal Herria

Tras adoptarse principios marxista-leninistas en la “VI asamblada” de ETA en 1.970, surgieron nuevas tensiones entre el mayoritario sector obrerista, que supeditaba la lucha armada a la lucha política ligada a las organizaciones obreras (ETA-VI) y el sector militarista, que quedaría como ETA-V. Tras El Proceso de Burgos en el que fueron juzgados 16 militantes de los cuales 6 fueron condenados a muerte, las numerosas presiones internacionales contrarias a tal decisión que provocaron la conmutación de la pena capital, el atentado contra Carrero Blanco de 1.973 y la nueva escisión de la que surgieron ETA-m (Militarra) y ETA-pm (Politiko-militarra), el estado daría una nueva vuelta de tuerca a su estrategia mortífera de represión. En esas se desarrollaron los siguientes acontecimientos por el norte de la península, donde se dieron nada menos que 25 de los 43 asesinatos, cometidos por uniformados de diferentes colores, que aquí vamos a recordar;



El 14 de marzo de 1970, moría tras varios días sometido a torturas, el joven Javier Escalada Navaridas, de 21 años, detenido por la Brigada Político Social en las protestas de Pamplona- Iruña contra la ley de educación franquista. Otro navarro, Manuel Andueza Elizalde, criado en Estados Unidos, regresó a Bera, cuando al poco tiempo, yendo a Donostia, tuvo un pequeño accidente de tráfico. Ambos conductores estaban de acuerdo en la resolución del tema hasta que llegó la Guardia Civil a importunar, originando una discusión que terminó con tres balas en el pecho de Manuel, el 17 de julio del mismo año.

 El 6 de octubre, el conductor de "Potasas de Navarra" Anacleto Rebolé Irigoyen, de 38 años, había quedado con el pagador de la empresa. Al picoleto que ejercía de escolta “se le disparó el subfusil en extrañas circunstancias”, acabando con la vida de Anacleto en el acto. La manifestación del 4 de diciembre en Eibar contra el Proceso de Burgos, consejo de guerra contra 16 miembros de ETA para los que se solicitaba pena de muerte, hizo que la localidad gipuzkoarra fuera tomada por uniformados de todo tipo. Un policía de paisano, José Ramón Sánchez Pizarro, disparo a 2 metros de distancia al joven de 21 años Roberto Pérez Jauregi, militante del PCE, que moriría 4 días después. La guardia civil remató la faena impidiendo la entrada en Eibar a quienes no siendo del municipio, acudían al entierro de Roberto. Antonio Goñi Igoa, de Etxarri Aranatz, fue detenido en otra manifestación contra el Proceso de Burgos, celebrada en Donostia, por gritar "Gora Euskadi askatuta". Tras ser torturado fue puesto en libertad bajo fianza de 200.000 pesetas pagadas por su mujer, un pastón indecente en esa época. 4 días después, 21 de diciembre, se suicidó dejando una carta para su mujer que sería confiscada para siempre por la policía franquista. También las secuelas de las torturas sufridas en un cuartel de la BPS, en su caso el de Indautxu, Bilbao, fueron la causa de la muerte, el 19 de febrero de 1972, del basauritarra Juan José Munduate Zamakona. Poco después, el 15 de marzo, moría, acribillado por la espalda por la Guardia Civil, Jon Ugutz Goikoetxea Elorriaga "Txapela", cuando intentaba cruzar la frontera por Elizondo, Nafarroa. Tenía 22 años y era de Derio. Su hermano Mikel, que adoptaría el sobrenombre con el que se conocía a Jon, sería asesinado por el GAL en 1983.



El 1 de abril estalló en Lezo, Gipuzkoa, una granada extraviada por el ejército español. Murieron dos vecinos de Orereta, Juan Etxebarria e Ignacio Elosegi. El 2 de septiembre se presentaron en Lekeitio, Bizkaia, 200 uniformes verdes bajo el mando de un tal Hidalgo, arrojando bombas lacrimógenas en la casa en la que estaban dos militantes de ETA. Joxe Benito Mujika Zumeta, "Xenki", zarautztarra de 22 años, se asomó a la ventana y cayó abatido de un disparo. Mikel Martínez de Murgia Mendizabal ,”Mikelon”, bilbotarra de 27 años, abrió la puerta pidiendo un médico y recibió 44 balazos que le partieron el cuerpo en dos. El día 20 de ese mismo mes, la Guardia Civil asesinaría en Urdax, Nafarroa, a Jon Andoni Aranguren Mujika,"Iharra", militante bilbotarra de 22 años, cuando estaba ojeando un mapa con la idea de cruzar la muga a Iparralde.



Ya en 1973, el 19 de abril en Algorta, la policía encontró a Eustakio Mendizabal Benito, "Txikia" y otro militante de ETA que consiguió escapar. Eustakio, de 28 años y natural de Itsasondo, Gipuzkoa, resultó abatido a tiros en la huida. Antes de ingresar en ETA ya había estado en la cárcel por dar clases y organizar actos por el euskera y no pagar las innumerables multas que por ello recibió. Dos años después, ETA ejecutó, en el mismo barrio getxotarra que le vio morir, a José Ramón Moran, el policía franquista que durante ese tiempo no se cansó de repetir en el pueblo que él había matado a Eustakio.

El 23 de mayo fue tiroteado en Altsasu, Nafarroa, un tal José Luis Martín Zaratiegi, bilbaíno de 25 años nacido en Madrid. El "fiable" ABC narraba como un tipo había sido requerido para su identificación y tras comprobarse que era un delincuente, el tío había huido cargándose a uno de los guardias civiles. Su nombre completo, Antonio García Colado, dirección, nombres de sus padres, historial delictivo…todo fue publicado. Pero luego resultaría que el muerto por disparos de los picoletos era otro, el citado José Luis, así que parecía evidente que los de verde se cargaron al que no era. La prensa franquista lo solucionaría con su descaro habitual…”uy, que no fue el Toño que describimos ayer con pelos y señales, que fue Pepe”. Total, Pepe, en el cementerio ya, no iba a decir lo contrario. Los controles de la muerte eran una constante a lo largo del estado, pero en Euskal Herria, la disculpa de ETA servía para que fuesen mucho más habituales que en ningún otro lado.

Así, el 7 de septiembre en el barrio bilbaíno de La Peña, un coche se saltó un control de la guardia civil, que dispararía matando a uno de los ocupantes del vehículo, el joven de 24 años Rafael Quilez Rodríguez, de Salinas, Puerto Rico, pero domiciliado en la capital de Bizkaia. La misma suerte correría el 16 de octubre el gasteiztarra de adopción y pacense de nacimiento Joaquín Diestre Barroso, 36 años, pintor de profesión y sin antecedentes de ningún tipo, en un control de carretera de la Guardia Civil en Fruiz, también en Bizkaia. Les pareció que enarbolaba una pistola y como “les pareció”, bien muerto estaba. En 2016 se le homenajeó en Vitoria-Gasteiz, participando todos los grupos políticos menos el PP, ese partido que tanto saca “las victimas” a relucir. Hasta el 29 de octubre de 1973 nadie había escapado de la cárcel de Nanclares. Ese día lo hicieron un preso marroquí y el portugués Horacio Da Silva Veloso. A las 21.30, en la localidad de Manzanos, la guardia civil localizó a Horacio, a quien dieron el alto. Salió corriendo y “ le tuvieron que disparar" en virtud de la “Ley de fugas” que daba vía libre para tirar a matar a cualquier fugitivo. Murió de camino al hospital de Miranda de Ebro. Mohamed Ben Abdelkader Allal se convirtió así en el primer preso en completar con éxito la fuga del penal alavés. El 6 de diciembre, la Policía Armada rodeó la casa de Donosti en la que se encontraba el militante de ETA Josu Artetxe Aiesta, zeberiotarra de 21 años, junto a la pareja que le daba cobijo. Ametrallaron y gasearon la vivienda hasta que, al acercarse Josu a una ventana, un francotirador lo dejó seco. La versión oficial lo vendió como un suicidio.



Entrado ya el año 1974, Fernando López de Aberasturi Remiro tenía 19 años. Santiago Arbeo García sólo 18. Jugaban juntos en el equipo de futbol de su pueblo, el Alegría. Los dos vecinos de Dulantzi, Araba, fueron encontrados a las 7 de la mañana del 8 de abril, en la carretera entre Azilu y Gauna, tras su desaparición el día anterior. Un médico del hospital de Santiago afirmó que tenían heridas de bala, pero nadie lo reflejó en el informe. Mucho miedo a los uniformes. No se permitió que los familiares vieran los cadáveres y sin embargo la guardia civil registró las habitaciones de los dos chavales, extraños detalles para lo que oficialmente se quedó en que "fueron atropellados cuando cogían caracoles". En el pueblo siempre se ha creido que los detuvieron los picolos del cuartel de Alegria-Dulantzi, los torturaron y los dejaron tirados en aquella carretera.

Cuatro militantes de ETA cayeron muertos por las balas de los tricornios en 1974. El 20 mayo, Roke Xabier Méndez Villada "Poeta” o “Txapelgorri”, santurtziarra de 20 años, y José Luís Mondragón Elorza " Moriko", arrasatearra de 25, cruzaban en un bote hinchable de Iparralde a Hondarribia, Gipuzkoa, junto al que resultó ser un confidente de la policía, el ultra Jesús Arrondo Martín, "Cocoliso". Nada más llegar a la playa, el infiltrado se separó de sus dos acompañantes, que fueron ametrallados por un equipo conjunto de Policía Armada y Guardia Civil. Roke, que no llegó a conocer a su hija Ainhoa, no pudo ser enterrado en un Santurtzi tomado policialmente, mientras a la familia de " Moriko" no le dejaron siquiera ver el cadáver. "Cocoliso" fue detenido por la policía francesa años después, portando armas, explosivos y datos de militantes de ETA, tras amenazar con su pistola a los presentes en una manifestación pro amnistía en Donosti. Condenado a 3 años, no los llegó a cumplir. Son las ventajas de trabajar para los oficialmente "buenos". Tendría tiempo, incluso, de ser uno de los cómplices del " Dioni" cuando el estrábico vigilante se piró a Brasil con la pasta de aquel famoso furgón. El 11 de septiembre, día de redada general, el militante de ETA Jon Urzelai Imaz, 26 años, de Arano, Nafarroa, llegaba al piso en el que estaba viviendo en Bilbao tras haber huido dos meses antes desde el hospital. Nada más entrar, varios guardias civiles, que le esperaban dentro, lo acribillaron. Iñaki Iparragirre Aseginolaza "Iparra", de 19 años y natural de Idiazabal, había quedado con un contacto, el 29 de octubre, en un bar de Pasaia, Gipuzkoa. Este ya había sido detenido, así que al cabo de un rato de espera, "Iparra" salió del bar. Al pedirle la documentación un guardia civil de los dos que le esperaban, salió corriendo. Alcanzado por la espalda, desde el suelo consiguió disparar, hiriendo a uno de ellos, el sargento Jerónimo Vera García, que finalmente moriría. A Iñaki lo dejaron desangrándose en el suelo hasta que un particular lo llevó al hospital, donde murió el día 31.

 


El año lo remataria un caso que solo puede calificarse como de auténtica atrocidad, de esos que definen claramente la forma de actuar de los uniformes fascistas e invasores en Euskal Herria. El 18 de diciembre, Mikel Salegi Urbieta, de 21 años, volvía a su casa en Donostia tras una cena con amigos. Llovía mucho y no vieron un control de la Guardia Civil. Les ametrallaron, recibiendo Mikel 18 disparos efectuados por tres beneméritos. Dejaron su cuerpo en el suelo y detuvieron al conductor, dedicándose a “lo importante”, recoger los casquillos. El resto de amigos de Mikel trataron de llevarlo al hospital, pero otro control, de la Policía Armada, les retuvo 10 minutos que pudieron ser clave para que fuese imposible salvarle la vida. El funeral fue también una auténtica salvajada; no dejaron a la familia ver el cadáver, los "grises" y ultraderechistas golpearon a la gente a la salida de la iglesia, provocando un aborto por los golpes, que un joven perdiese un ojo y la muerte por infarto de una señora. Detuvieron a más de 100 personas, algunos de los cuales fueron encarcelados entre uno y dos meses. Para variar, el caso fue archivado sin culpables de ningún tipo. Su familia es una de esas que lleva décadas luchando y dando muestras de su enorme dignidad, no dejando que su sufrimiento sea utilizado por terceros que relegan el caso de Mikel y el de todos aquellos cuyos verdugos cobraban del estado, a la categoría de victimas de segunda o cuarta.

Resto del estado 



La represión asesina del Franquismo, como no podía ser de otra forma, no solo dejó su sello en Euskal Herria. Otros territorios tuvieron también su dosis; Que el convenio de la construcción en Granada acabase siendo “uno de los menos malos” no es fruto de la casualidad. Costó vidas. 6.000 manifestantes del sector se echaron a la calle el 21 de julio de 1970 para reivindicar sus derechos. Hubo un ultimátum de la Policía Armada, según el cual, al tercer toque de corneta cargarían contra los que no se disolviesen. Cientos de heridos, 113 detenidos y tres muertos. Manuel Sánchez Mesa, de 27 años, Antonio Cristóbal Ibáñez (43) y Antonio Huertas Remigio, de 21, que fue disparado en la sien y a cuya familia la Guardia Civil impidió enterrarlo en Maracena, su pueblo. Nadie pagó por ello, ya que la causa fue sobreseída y no se indemnizó a las familias hasta casi 40 años después. La propaganda del régimen vendió su película a través de la prensa, mediante una crónica del asunto realizada directamente por el Gobierno franquista.

El 13 de septiembre de 1971, durante una huelga de la construcción en Leganés, el albañil Pedro Patiño Toledo, militante del PCE y CCOO, fue asesinado por un Guardia Civil de un disparo, por no recoger las octavillas y panfletos que estaba repartiendo. Natural de Puebla de Almoradiel, Toledo, tenía dos hijos e iba a cumplir 34 años.

El 18 de octubre, tras el encarcelamiento de 23 huelguistas, 7.000 trabajadores de SEAT de Barcelona se parapetaron en los talleres de la fábrica. Respondieron a las cargas de la policía franquista usando tornillería como arma defensiva. Murió tiroteado el obrero Antonio Ruiz Villalba. Añadir que 1971 fue, además de los dos casos aquí relatados, el año en que se detuvo al “Arropiero”, considerado mayor asesino en serie del siglo en el estado español y que, no podía ser de otro modo, también estaba vinculado a los distintos uniformes, en su caso al de la Legión, donde para más inri, aprendió el golpe con el que mató a varias de sus víctimas. Llegó a confesar 48 muertes, de las cuales la policía le acusó de 22 y se dieron por probadas 7. "El Arropiero", mote con el que se conoció al sevillano Manuel Delgado Villegas, se movió por toda la península, Francia e Italia entre 1964 y 1971, asesinando a golpe de instinto primario, porque no le diesen lo que pedía, por robar, por sexo necrófilo...Los siete casos que se le atribuyen con seguridad se iniciaron con el hombre al que golpeó con una piedra estando dormido en la playa barcelonesa de Llorach en 1964, siguiéndole la joven francesa a la que violó, estranguló y acuchilló en una masía ibicenca en 1967, el aldeano con el que puso en práctica el "golpe legionario" por no darle de comer en Chinchón, Madrid, en 1968, el adinerado cliente que no le quiso pagar lo que pedía por un servicio sexual en Barcelona y la anciana que no quiso tener relaciones con él en Mataró, Barcelona, con la que, tras estrangularla, volvió varios días a practicar sexo con el cadáver, ambos casos en 1969. Una vez asentado en el Puerto de Santa María, Cádiz, en diciembre de 1970 asesinó con su golpe favorito a un estudiante cordobés con el que se relacionaba. Mes y medio después, estranguló a su pareja, que la tenía por entonces, mientras hacían el amor, volviendo a practicar necrofilia con ella. Esta vez, en enero de 1971, fue detenido y confesó 48 asesinatos en total.

Además de los cometidos en Italia y sobretodo Francia, quedaron sin probarse otros en Barcelona, Madrid, Valencia o Alicante. Varias de esas víctimas fueron señores adinerados con doble vida, que recurrían al Arropiero en su condición de chapero y cuyas familias es posible que prefiriesen dejar al muerto con su secreto y al ex legionario con la carga del resto de sus más que suficientes inculpaciones. Tras 6 años en el trullo sin ser juzgado, se le acabó declarando inimputable por su estado mental, siendo internado en un psiquiátrico hasta ser puesto en libertad en 1998. Al poco tiempo, convertido casi en una planta a causa de la medicación y sus fantasmas internos, murió.

 Pedro Martínez Expósito era un pobre diablo de 21 años, natural de Gandía, Valencia. De familia acostumbrada a comer lo justo y con cierto retraso mental, estaba haciendo el servicio militar. De permiso en el pueblo, entró en una casa a robar. Al ser descubierto, mató con una azada a una mujer y a su hija de 16 años. Horrible crimen que, eso sí, sólo para un don-nadie podía suponer ser el último fusilado no político del franquismo. La ejecución, para la que se seleccionaba a sorteo a chavales que, como él, estaban haciendo la mili, se realizó el 8 de enero de 1972 en un cuartel militar valenciano. Poco después, el 10 de marzo, 4.000 personas se manifestaban por los derechos de los trabajadores de Astilleros 

de Bazán, en Ferrol. La Policía Armada disparó matando a dos militantes de CCOO y el PCE, Daniel Niebla García y Amador Rey Rodríguez. Ambos contaban 38 años y el segundo tenía dos hijos. Hubo cerca de 100 heridos y 4 manifestantes se comieron 4 años de cárcel, mientras que, para variar, nunca se juzgó a nadie por los dos asesinatos. En 2014 se propuso conceder a los asesinados la medalla de Galicia en el Parlamento de dicha tierra, pero el "no" del PP  imposibilitó dicha posibilidad. En su línea. La fecha de la muerte de Amador y Daniel da nombre a una fundación y desde hace décadas es el día de la clase obrera gallega.

Tras un atentado en el consulado francés de Zaragoza, atribuido erróneamente a ETA -fue obra de un grupo de estudiantes autodenominados Hoz y Martillo-, la Guardia Civil tenía el 2 de noviembre varios controles establecidos en Aragón. A la altura de Castejón de Monegros, Huesca, ametrallaron un coche, en el que pensaron iban los fugitivos, muriendo un joven de Benimamed, Valencia, llamado José Esteven Abellán (José Díaz Samaniego, según otras fuentes). Al percatarse del error, a la Benemérita le quedaba uno de sus comodines habituales, ese de “eran unos delincuentes de todos modos". Asunto zanjado. Que un madero fuese condenado en esa época es tan poco habitual que casi podríamos dar por hecho que la familia de la víctima no era una familia cualquiera. Y no lo era, no. Eran más bien eso que suele catalogarse como “familia influyente”. Fue la noche del 3 al 4 de diciembre en Santiago de Compostela, A Coruña, cuando Luis Miguel Quiroga Bouza, subinspector del Cuerpo General de Policía, disparó desde 5-6 metros al estudiante de medicina José María Fuentes Fernández, que al estar de costado, fue atravesado en un brazo y el pecho por una de las dos balas disparadas con la disculpa de que el poli esperaba a que se produjera un robo del que había recibido un chivatazo. Pero no, los chavales a los que vio correr, no eran cacos. El agente fue condenado a 17 años y 4 meses.



La Guardia Civil se llevó dos vidas por delante en Catalunya a lo largo de 1973. Manuel Fernández Márquez, natural de Badajoz y de 27 años, llevaba sólo 3 meses viviendo allí, cuando el 3 de abril, fue ametrallado por los Beneméritos  en el transcurso de una manifestación de 2.000 obreros en la central térmica de Sant Adriá de Besòs, Barcelona. Los mismos picoletos que lo mataron, impidieron a un compañero leer, en el funeral, el poema que había escrito en honor de Manuel, que tenía un hijo de 2 años.
 
 

Cipriano Martos Jiménez era un militante del PCE y del FRAP de 28 años, natural de Loja, Granada, que marchó, como tantos, a buscarse la vida al norte. En una de las muchas protestas contra la política represiva franquista, fue detenido el 25 de agosto, por repartir propaganda. Torturado varios días en Reus, Tarragona, la Guardia Civil le hizo beber productos corrosivos que, tras varias semanas, le acabaron quemando por dentro, hasta su muerte el 17 de septiembre. Cuando su madre quiso ver el cadáver, los de verde la dieron de hostias. La prensa internacional se hizo eco de su espeluznante caso, la española va a ser que no. De la justicia mejor no hablamos, ya que este es otro de esos casos en que se ha tenido que actuar desde Argentina para tratar de depurar responsabilidades, más de 40 años después.

El mismo día en que eran ejecutados mediante garrote Vil Salvador Puig y Georg Welzel, un tercer hombre acusado de lo mismo, matar a un miembro de las fuerzas del orden, fue indultado por el mismísimo Francisco Franco. ¿Raro? Para nada. Me explico. Se le condenó a muerte por haber asesinado el 31 de octubre de 1973 al capitán de la Guardia civil de La Palma del Condado, Huelva, Francisco Manfredi Cano. Y es que Franco tenía su corazoncito y era muy piadoso a veces, sobre todo cuando el homicida es también Guardia civil y además se llama José Antonio Franco Martín. ¿Sería sobrino lejano del dictador o algo? El caso es que a veces, bastantes, se mataban entre ellos. No seré yo quien honre igual a tales víctimas, pero justo es reflejarlo y contabilizarlo.

Tras el atentado el día anterior de Carrero Blanco, la madrugada del 21 de diciembre, un chaval de 19 años, Pedro Barrios González, se dirigía a casa tras la jornada de trabajo. Llovía mucho y se refugió en un portal. Al seguir su camino un policía le dio el alto, pero el chaval se asustó y se escondió tras una furgoneta. Por ley se podía disparar a quien huía, así que el madero le atravesó la mandíbula de un disparo. Murió días después, el 5 de enero del 74. La escasa prensa española que sacó a la luz la noticia, lo hizo manipulando la verdad, hablando de que se trataba de uno de los autores del atentado, cuando era un crio que trabajaba hasta tarde en un local de hostelería madrileño. A la familia no se le indemnizó hasta cinco años después, aunque comparando con la regla general en estos casos, casi hasta tuvieron suerte.

Entrados ya en 1974, el 2 de marzo se llevaron a cabo las dos últimas ejecuciones mediante garrote vil de la España franquista, a pesar de la presión internacional, incluidas las peticiones de clemencia por parte del Papa. Miembro del "Movimiento Ibérico de Liberación", a Salvador Puig Antich, de 25 años y ejecutado en Barcelona, se le acusaba de matar a un policía en septiembre del año anterior, cuando iban a detenerle a él mismo y a varios compañeros. Las pruebas fueron manipuladas, el policía tenía 5 heridas de bala y no todas fueron disparadas desde la posición en el tiroteo de “El Metje”. Décadas después, aún prosiguió el caso en la lejana Argentina y a través de la querella de la jueza Servini, en un intento de hacer justicia con los responsables de su ejecución, pero esas cosas en Españita quedan impunes, ya sabéis. Su verdugo fue Antonio López Sierra, un falangista, taurino y machote, que tenía que ponerse chato de alcohol para hacer su repugnante trabajo, que venía desempeñando al menos desde 1963, año en que se encargó de ejecutar a Francisco Granados y Joaquín Delgado, del FIJL. El verdugo ejecutaba, pero los responsables eran otros. Uno de ellos el que fuera ministro, recientemente fallecido y despedido con el “Cara al sol”, el malagueño José Utrera Molina, que convalidó con su firma la ejecución de Salvador Puig. Falangista, suegro del pepero Ruiz Gallardón, miembro de la fundación Francisco Franco, no hace nada le fue retirada la medalla de la Diputación de Sevilla por un artículo en el que hacía, sin cortarse un pelo, apología franquista. Otro reclamado por la justicia argentina por el mismo motivo, era el lucense Antonio Carro Martínez, que era ministro de la presidencia. Después , con el PP, fue vicepresidente segundo hasta 1989. También firmó la ejecución el ministro de Hacienda Antonio Barrera de Irimo, paisano del anterior y que aprovechó bien las puertas giratorias, colocándose de presidente de Telefónica durante unos añitos. Ya ha palmado, como otro ministro que rubricó la ejecución de Salvador Puig, el de Trabajo, el toledano Licino De la Fuente De la Fuente. Ultra católico y falangista, luego fue cofundador de AP. Carlos Rey González fue el abogado que redactó la sentencia condenatoria. ¿Y a quién representaba este gusano hace escasos añitos? Pues a la pepera Alicia Sánchez Camacho.



La memoria de Puig Antich, su imagen, va unida para siempre a la doble imagen de un hombre anónimo. El de la izquierda era Heinz Chez y era polaco y huérfano. El de la derecha era Georg Michael Welzel , de 29 años, y era de la República Democrática Alemana, donde tenía hermanos, pareja y 3 hijos. Son la misma persona. La foto de la izquierda es falsa, retocada por la policía española y publicada por "El caso" después de que Welzel matase a un guardia civil en un camping de Tarragona. Todo ello lo sabía la Interpol y quiénes firmaron su sentencia de muerte. Interesaba mostrar que no sólo se ejecutaba a militantes antifranquistas y el polaco, que no era tal, era la víctima perfecta para aplicarle el garrote vil el mismo 2 de marzo de 1974 en que se iban a cepillar a Salvador Puig Antich. Había otro candidato, Antonio Franco, que también había asesinado a un capitán de la Guardia civil. Pero es que él también era picoleto, así que fue, como no, indultado. A Welzel lo ejecutó, en Tarragona, un verdugo sin experiencia, José Moreno Renomo, que tenía otra profesión pero fue el único en presentarse a una plaza que dejó vacante un veterano. La de Welzel fue la única vez que ejerció como tal, de lo que esperaba librarse, ya que no sabía ni colocar el mecanismo, así que resultó un esperpento de ejecución. No lo hizo bien y el alemán tardó 25 minutos en morir. 10 minutos después, en Barcelona, un veterano en estas lides ejecutaba a Puig Antich. Muchos años después, familiares de uno y otro fueron reunidos por el periodista que investigó durante años sobre la verdadera identidad de aquel polaco llamado Heinz Chez que no era polaco ni se llamaba Heinz Chez.

José Luis Herrero Ruiz vivía en Badalona con su mujer y 7 hijos de uno a 9 años. El 8 de junio fueron a detenerlo dos agentes de la Brigada Superior de Policía. Lo tenían contra una pared, dispuestos a ponerle las esposas cuando, según la versión policial, trató de sacar una navaja. El madero, de 20 años, Sebastián Trapote Gutiérrez, que llevaba un mes en el cuerpo, le disparó por la espalda desde 20 centímetros de distancia, acabando la bala en el corazón de José Luis.

Dos indultos y un sobreseimiento después, Pilar, la viuda, decidió no rendirse. Dado que a José Luis le faltaban días para cumplir 2 años en la empresa de autobuses en que trabajaba, ella no percibía indemnización alguna para alimentar a sus hijos. En 1983 consiguió que el estado asumiese la responsabilidad, al menos en lo económico, recibiendo 7 millones de pesetas. En cuanto al asesino...en 2015 fue nombrado, por el Ministerio de Interior, nada menos que jefe superior de Policía de Catalunya, así que le hemos podido ver declarando en el juicio del “procés” de Catalunya, como uno de los máximos responsables de la actuación policial. El 1 de agosto, el pueblo de Carmona, Sevilla, se manifestaba pidiendo mejoras en el desastroso servicio de aguas. La guardia civil del cuartel del pueblo controlaba la protesta sin problema aparente y además también a ellos les afectaba el problema. Pero a última hora de la tarde llegaron en autobús decenas de picoletos, para a base de culatazos, amenazas, arrastrar de los pelos y finalmente a tiros, dispersar a la gente. Varios heridos, un chaval de 15 años grave y Miguel Roldán Zafra muerto, a los 37 años y con tres hijos pequeños. Como habitualmente, la crónica del ABC, siempre defendiendo al régimen, y la presencia policial de siempre en el entierro, remataron otro episodio de vergüenza nacional.

Quedaba un año de franquismo, que iba a ser mucho más prolífico en asesinatos perpetrados por el régimen que los que acabamos de recordar, de tal modo que 1975 da para tanto que merece, por desgracia, capítulo aparte. Será el siguiente.

https://www.lahaine.org/est_espanol.php/las-victimas-invisibles-terrorismo-de-1