Más de 100 vecinos del barrio de Lavapiés en Madrid pararon un control de documentación racista que se estaba llevando a cabo en el metro. La policía, en colaboración con el guardia de seguridad del metro, solicitaba papeles según el color de la piel. La protesta pacífica de los vecinos ante estos hechos en la calle, donde había un numeroso despliegue policial, consiguió parar la redada.
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