lunes, 20 de septiembre de 2021

Exit, la organización que ayuda a abandonar la ultraderecha


 

Exit es una organización sin ánimo de lucro, creada en Reino Unido a finales de 2017 a modo de espejo de una iniciativa alemana, ofreciendo respaldo y asesoramiento a las personas que quieren abandonar su pertenencia a grupos de extrema derecha.

Nada más entrar en su página web, queda claro su objetivo: “Estamos aquí para ayudarte a salir de la extrema derecha. No es fácil, pero te respaldaremos en cada paso del camino”. Se trata de Exit, una organización sin ánimo de lucro, creada en Reino Unido a finales de 2017, y que opera en casi todo el territorio de las islas ofreciendo respaldo y asesoramiento a las personas que quieren abandonar su pertenencia a grupos de extrema derecha.

No obstante, la vertiente británica de Exit nació a partir de un proyecto homónimo alemán que lleva en torno a 20 años ayudando a la gente a salir de bandas neonazis. Incluso en Estados Unidos, donde el racismo es endémico en muchas zonas —sobre todo del sur del país—, existe Life After Hate (vida después del odio), una organización donde exmilitantes del supremacismo blanco ayudan a quienes están dispuestos a dejar los círculos ultras en los que se enrolan.

Exit lo integran antiguos militantes de colectivos de ultraderecha que un día decidieron abandonar el fanatismo y la violencia y, por lo tanto, quien acude a ellos no se encuentra con abogados o fanáticos religiosos, sino con una amplia red compuesta íntegramente por personas que han pasado exactamente por la misma experiencia, y que intentan ayudar aprovechándola y estableciendo conexiones entre las distintas agrupaciones locales de apoyo que están diseminadas por gran parte del territorio británico. Esta red de solidaridad se coordina totalmente en remoto, utilizando tecnologías muy sencillas como las aplicaciones de mensajería para avisar y movilizar a los asociados más cercanos a la zona geográfica desde donde se recibe la alerta.

Exit lo integran antiguos militantes de colectivos de ultraderecha que un día decidieron abandonar el fanatismo y la violencia, quien acude a ellos, encuentra una amplia red compuesta íntegramente por personas que han pasado por la misma experiencia

El primer paso es el más difícil

“Algunas de las personas que han acabado contactándonos estuvieron guardando el número de teléfono durante varios meses antes de decidirse a dar el paso inicial”, explica un integrante de Exit Reino Unido, que prefiere que no se publique su nombre. Reconoce que el mayor temor de quienes acuden a ellos en busca de ayuda es la confidencialidad, por eso desde el primer momento la organización se empeña en remarcar este aspecto: “No somos la policía y no estamos aquí para juzgarte. No corres ningún riesgo al contactarnos y todo lo que digas quedará entre nosotros”, proclaman. También dan la facilidad de ocultar la identidad, y se comprometen a que el usuario reciba una respuesta en las 24 horas posteriores a la toma de contacto, que puede ser telefónica, por correo electrónico, rellenando un formulario disponible en la web, o a través de Facebook.

El funcionamiento es bastante sencillo. El interesado contacta por cualquiera de esas vías y automáticamente recibe una respuesta programada que le agradece su valentía, le dedica palabras de ánimo y le informa de que en las próximas horas alguien del equipo se comunicará con él. El siguiente paso prioriza el encuentro cara a cara, aunque existe la posibilidad de hablar por videollamada. Eso sí, siempre se anteponen las preferencias del usuario, que se sienta lo más cómodo posible. A partir de los encuentros y las charlas, los colaboradores de Exit se hacen una idea más exacta de cómo pueden ayudar y trazan un plan a medio o largo plazo que va desde el apoyo emocional hasta la cooperación para encontrar trabajo, una nueva casa, o para restituir las relaciones rotas con familiares o amigos.

En España, muchos medios de comunicación le entregan constantemente el altavoz a la ultraderecha para que difunda su discurso, imponga su agenda y fije sus marcos

“No somos Antifa”

Exit se esfuerza muchísimo en dejar totalmente claro y explicar con detalle, en todas sus plataformas y vías de contacto, quiénes son y qué hacen. Saben que las personas que se acercan a ellos suelen responder a un perfil bastante concreto, principalmente hombres y jóvenes de áreas económicamente deprimidas, muchas veces con intrahistorias de violencia familiar o de acoso escolar, que en algún momento empezaron a verse seducidos por los discursos simplistas de exaltación del patriotismo y las proclamas antiinmigración y antiglobalización que difunde la extrema derecha. Por eso remarcan constantemente que no están “alineados con ningún movimiento político”, y aclaran su punto de vista: “Creemos que ser patriota es algo bueno y, aunque entendemos tus ideas, la violencia nunca resuelve nada […] Además, ser miembro de ciertos grupos como National Action, Scottish Dawn, o NS131 [los principales colectivos fascistas de Reino Unido] es un acto criminal que podría conducirte a una sentencia de cárcel”.

“No somos Antifa” es otra de las cosas que recalcan. Ellos mismos han sufrido el deterioro que ha provocado en sus vidas la pertenencia a grupos de ultraderecha, pero una cosa es abandonar ese círculo de violencia, aislamiento y rabia, y otra muy distinta dejar de tener ideas conservadoras de la noche a la mañana. “Estamos en contra del racismo, el odio y la división, pero creemos que la única forma de avanzar es sentarse y hablar con la gente sin juzgar”, declaran desde el organismo. “Hemos comprobado una y otra vez que esto funciona, y que incluso el activista de extrema derecha más entusiasta puede convertirse en alguien dedicado a su familia y a su entorno”.

“Algunas de las personas que han acabado contactándonos estuvieron guardando el número de teléfono durante varios meses antes de decidirse a dar el paso inicial”, explica un integrante de Exit Reino Unido

Acerca de su financiación y su supervivencia económica, Exit es “una empresa de interés comunitario, sin embargo hace poco hemos solicitado el estatus de organización benéfica, aunque la resolución de los trámites puede llegar a alargarse”. Comentan que reciben donaciones privadas, y que alguna vez se han beneficiado de subvenciones del Gobierno británico. “La Oficina del Alcalde para la Policía y el Crimen (MOPAC) [algo así como la concejalía de Seguridad] ha financiado hasta dos proyectos en los que hemos impartido formación sobre cómo se puede ayudar a personas con pocos recursos económicos a abandonar clanes de ultraderecha”. Admiten que desde hace un tiempo la financiación pública ha decaído, pero de momento, y mientras continúan solicitando fondos estatales, reciben respaldo económico de Small Steps Consultants Ltd, un organismo similar, que imparte talleres y ejerce pedagogía para concienciar sobre la amenaza de la extrema derecha en la sociedad civil.

El Exit germano, además de las reuniones, las charlas y el apoyo psicológico, llega a ofrecer protección policial para casos en los que el sujeto está amenazado por su antiguo clan. También dispone de un boletín informativo, un podcast y un dossier para los medios de comunicación donde dan recomendaciones para informar sobre violencia y extremismo, para que no se incurra en lo que a menudo buscan los colectivos ultras: que los medios les difundan gratis la propaganda.

“No somos Antifa” es otra de las cosas que recalcan. Ellos mismos han sufrido el deterioro que ha provocado en sus vidas la pertenencia a grupos de ultraderecha, pero una cosa es abandonar ese círculo de violencia, aislamiento y rabia, y otra muy distinta dejar de tener ideas conservadoras de la noche a la mañana 

https://www.elsaltodiario.com/fascismo/exit-organizacion-que-ayuda-abandonar-ultraderecha 

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