"Cuidado con las mujeres cuando se sientan asqueadas de todo lo que las rodea y se subleven contra el mundo viejo pues, ese día, nacerá el mundo nuevo"
Nació en Vroncourt-la-Côte, Haute-Marne, Francia, el 29 de mayo de 1830, hija de Marie Anne Michel y el terrateniente al que esta servía (que la reconoció legalmente).
Fue gracias al empeño de sus abuelos paternos que Louise tuvo acceso a una educación progresista y desde muy joven leyó a autores como Voltaire o Rousseau.
Su amor a la lectura y el conocimiento la lleva a estudiar para ser maestra pero, su rechazo a prestar el obligado juramento a Napoleón III, le impide entrar en la enseñanza pública.Por ese motivo, entre 1852 y 1855, abre sucesivamente algunas escuelas libres por el país.
Sus ideales la llevaron a impartir una educación que apelaba al sentido de la responsabilidad y la participación activa del alumnado, prohibía los castigos, daba clases de ciencias naturales y escribía pequeñas piezas teatrales que las alumnas representaban en clase.
Con 26 años, en 1856, se traslada a París y se introduce en los ambientes revolucionarios, donde comienza su colaboración en periódicos como Le cri du peuple (El grito del pueblo).
En 1862 es miembro de la Unión de los Poetas y, en 1869 es secretaria de la Sociedad Democrática de Moralización que tenía por finalidad ayudar a las trabajadoras obreras.
Tras la derrota de Napoleón III en la guerra contra Prusia, con París convertida en un campo de batalla entre quienes defendían el orden monárquico y las fuerzas republicanas, Michel se une a estos últimos.
En enero de 1871, cuando las tropas oficialistas abren fuego contra la multitud delante de la alcaldía de París, Louise, vestida de guardia nacional, responde disparando.
Los acontecimientos del 17 y 18 de marzo de 1871 marcan el inicio de la mítica y heróica Comuna de París, en la que Michel participó sin descanso ni contemplaciones.
Formó parte del Comité de Mujeres cuando estas impidieron que los soldados de Versalles se llevaran los cañones de la Guardia Nacional que habían sido pagados por el pueblo para defender París de la invasión prusiana.
Michel presidió el Comité de Vigilancia Femenino y participó en el masculino, ambos destinados a proporcionar techo y comida a quienes lo necesitaron.Organizó un servicio de acogida de menores y se ocupó de reclutar entre las mujeres a quienes se encargaran de las ambulancias, entre ellas organizó también a las prostitutas.
Michel participó en la defensa armada de la Comuna como miembro del 61 batallón de Montmartre, no sólo combatiendo, sino también como asistente médica.
Además del enemigo externo que compartía con sus compañeros hombres, las mujeres de la Coumuna tuvieron que pelear también, cómo no, con el enemigo interno: sus compañeros hombres.
Estas mujeres se encontraron con la resistencia de sus compañeros a que participaran en pie de igualdad en la revolución, lo que las llevó a llamar a la autoorganización de las mujeres y a la formación de asociaciones no mixtas a través del Llamamiento a las Mujeres Ciudadanas de París, que dio lugar a la Unión de Mujeres para la Defensa de París y Cuidado de los Heridos, que aglutinó a un gran número de mujeres pertenecientes a la I Internacional.
Esta experiencia organizativa, sumada a su compromiso revolucionario, llevó a las mujeres a poner en cuestión el orden social en su conjunto, y no se resignaron a cumplir el papel que el patriarcado asignaba (y asigna) a las mujeres, sino que participaron activamente en el levantamiento de barricadas y en la lucha armada contra el ejército.
Las mujeres adquirieron progresivamente conciencia de la importancia de la lucha feminista, lo que las empujó a exigir medidas tales como el divorcio o el reconocimiento de las parejas de hecho, y lograron con ello algunas de las condiciones fundamentales para una auténtica emancipación.
La Comuna no sólo enarboló por primera vez la bandera roja como símbolo revolucionario y que adoptarían después las comunistas: Michel alzó por primera vez la bandera negra tras la que lucharon y luchan hoy las anarquistas.
Una vez derrotada la Comuna, Michel consiguió escapar de la masacre que se estaba produciendo en París, pero decidió entregarse cuando apresaron a su madre como rehén.Compareció en Consejo de Guerra y fue encarcelada durante dos años, hasta que finalmente fue deportada a Nueva Caledonia, donde apoyó también la lucha por la independencia de los canacos.
Posteriormente regresó a París, donde mantuvo hasta el final su ideario anarquista.
Murió en Marsella el 9 de enero de 1905, a los 75 años.
Educadora, escritora, poeta, feminista, anticlerical, internacionalista, anarquista, inteligente, intrépida y muy valiente.
Casi nada, y casi todo.
Se llamaba, fue y sigue siendo...
LOUISE MICHEL
MUJER
REVOLUCIONARIA
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