El culpable del asesinato de Iñigo Cabacas asegura que recibió tratamiento psiquiátrico y psicológico durante 18 meses,
quedándole importantes secuelas, daños personales, morales y pérdida de
su capacidad de ocio, fin de su carrera profesional, sufrimiento por una
situación injusta, pérdida de confianza y seguridad en sí mismo,
traslado forzoso de su puesto de trabajo, anulación de su mando
efectivo, aislamiento social, ansiedad al oír en voz alta su nombre y
apellido, fobia a eventos y miedo a ser reconocido y agredido, depresión
y tranformación de la personalidad
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