Aldekoa era el máximo responsable de la Ertzaintza en Bilbo y que participó «en el diseño del operativo policial» que se organizó el día en que el aficionado del Athletic cayó mortalmente herido por un pelotazo de la Policía autonómica.
Según la jueza Ana Torres, que instruye el caso de la muerte de Iñigo 
Cabacas, el ertzaina 8.144, encargado del búnker de la Comisaría de 
Bilbo, «manifestó que no se hizo registro escrito de las tareas de 
reposición y precinto posterior de las bolsas de pelotas» y «que no 
queda registro de qué escopetas estaban usadas». El armero ratificó esas
 afirmaciones cuando en febrero de este año declaró como testigo. GARA 
ya reveló en abril de 2013 que, pese al riguroso sistema de control que 
establece la Ertzaintza sobre el material antidisturbios que sale y 
entra de las comisarías, los formularios de la noche de la muerte de 
Iñigo Cabacas estaban en blanco. Es decir, en la comisaría que durante 
años estuvo a cargo de Jorge Aldekoa reinaba un caos difícil de creer y 
contrario al reglamento. Esto ya debería ser motivo suficiente para 
negarle cualquier ascenso. Porque si las declaraciones del armero 
–primero en la investigación interna y luego ante el juez– son ciertas, 
allí salían y entraban escopetas y pelotas sin ningún control. Por lo 
cual Aldekoa no es un jefe apto. Y si, como otras fuentes internas han 
señalado a este diario, esa versión es increíble porque el control sí 
que era estricto, Aldekoa, al callar, es partícipe de un acto de 
obstrucción a la justicia para impedir que se esclarezca la muerte de 
Cabacas.
http://www.naiz.eus/eu/actualidad/noticia/20150730/la-familia-cabacas-critica-la-total-falta-de-sensibilidad-de-lakua-al-nombrar-a-aldekoa-jefe-de-la-ertzaintza
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