El procurador de Baiona, Samuel Vuelta-Simon, ya anunció a principios de junio que esperaba contar con refuerzos para evitar un «desbordamiento» en el Tribunal de Baiona, derivado de la «sobrecarga de trabajo» provocada por la cumbre que reunirá a los jefes de estado de siete de los países más poderosos del planeta, entre el 24 y el 26 de agosto, en Biarritz.
Lo que no dijo es que se produciría un «desbordamiento» de las propias instalaciones del Tribunal que, para poder dar respuesta a la eventual avalancha de procedimientos, no ha dudado en dotarse de unos barracones prefabricados, con barrotes en puertas y ventanas, que albergarán a personas a la espera de pasar ante el juez o trámites no menos importantes como es la reunión de la persona detenida con el abogado que ejercerá su defensa.
A la espera de que lleguen los nuevos efectivos de los que hablaba el procurador, el cambio de aspecto del exterior del tribunal ha generado un río de comentarios en redes sociales.
Esos habitáculos prefabricados, para más inri numerados, evocan lugares y situaciones poco edificantes y dan cuanto menos una imagen precaria de la Justicia.
El azote Amigorena
Fueron fotografiados y luego difundidos en redes sociales por «SOS G7 Biarritz», página amiga del exteniente de alcalde biarrot, François Amigorena, empresario crítico con la celebración de la cumbre y todo un azote del alcalde anfitrión de la cumbre, Michel Veunac.
En su nota -basada en informaciones que, según explica, emanan del interior del tribunal- explicaba que los habitáculos servirían para acoger «comparecencias judiciales inmediatas» de personas detenidas en actos de protesta relacionados con el G7.
Esa información, avalada por testimonios anónimos de abogados, para los que sólo esa función podía explicar la presencia de los barracones, dio lugar a centenares de comentarios en redes... hasta terminar por recalar en el cacheador de fake news del que se sirve ‘Libération’ para ayudar a sus lectores a discernir entre bulos e informaciones.
Y tras muchos dimes y diretes, finalmente, esta tarde de lunes, día de la resaca post fiesta de Baiona, el propio procurador se ha visto obligado a responder, vía correo electrónico a CheckNews (‘Libération’).
Contra lo que apuntaban algunos txiolaris bien pensados, no se trata de barracones cuya presencia se justificaría por los trabajos de renovación en el edificio del tribunal. Son, pura y simplemente, módulos prefabricados para acoger a personas a la espera de pasar a disposición judicial, hecho relevante que merece un decorado algo más digno.
Vendedor del sistema modular
Con todo, el procurador defiende la opción modular. «Son prefabricados preparados para poder albergar a personas antes de su comparecencia inmediata, en condiciones de seguridad y de confort suficientes», explica en su correo, para, de inmediato, perseverar en el argumento de venta al remarcar que esos barracones con barrotes en puertas y ventanas «disponen de aire acondicionado, lavabos y salas para entrevistas con los abogados».
Es dudoso que las palabras del procurador -que recuerdan al prospecto comercial de la multinacional del mueble sueca que, por cierto, tiene sede en un centro comercial de Baiona- sirvan para calmar la polémica.
Y es que, en los últimos tiempos, cada información relativa a la reunión internacional en Biarritz genera un creciente malestar en una ciudadanía que allá donde puede o le dejan -y las redes sociales, en el fondo, son sólo una plaza de pueblo, aunque de mayor tamaño- expresa su incomprensión por los importantes impactos en la vida cotidiana que, cualquier mente sensata vislumbra, acarreará la cita anual del G7, en Biarritz.
https://www.naiz.eus/eu/actualidad/noticia/20190729/barracones-prefabricados-para-las-vistas-judiciales-a-detenidos-por-el-g7
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