Largometraje documental dirigido por Fernando Larruquert y Nestor Basterretxea estrenado en 1968. Título mítico y punto de partida ineludible para la cinematografía vasca contemporánea. La sinopsis oficial del film dice que Ama Lur es “ante todo, un canto emocionado al País Vasco” y lo retrata como “un verdadero calidoscopio con más de setenta temas filmados a lo largo de más de dos años de rodaje por las siete provincias vascas”.
Dos fueron las motivaciones principales que impulsaron a sus autores a rodar este largometraje. Buscaban crear un lenguaje cinematográfico propio, basado en la raíces culturales vascas, e informar a un pueblo al que se le había escamoteado, por un régimen de fuerza, todo rastro de su identidad. En este anhelo vasquista está, curiosamente, lo mejor y lo peor de Ama Lur. Porque el film brilla cuando muestra la capacidad de los cineastas de evocar un mundo ancestral y elevarlo a la categoría de mito pero, a veces, ese sentimiento se traduce en un tono grandilocuente y enfático exagerado. El talento de Larruquert y Basterrechea es, más allá de estas puntualizaciones, indiscutible. Hay que destacar la calidad de la fotografía, la fuerza de la banda de sonido, concebida como una vía independiente muchas veces de la banda de imagen, la sensibilidad para captar en toda su amplitud la belleza del paisaje vasco o la inmensa labor de montaje de los distintos planos a la hora de relacionarse unos con otros. Ama Lur es un viaje de exploración etnológica que se adentra en un mundo en peligro de extinción.
Hay una gran variedad de temas tratados a lo largo del metraje. El arte, la muerte, los deportes populares, el folklore, el trabajo campesino, la prehistoria -tema en el que la figura de Jorge Oteiza cobra una fuerza evidente- el mundo mágico-religioso, las fiestas populares… un calidoscopio, tal y como reza la propaganda del film, que configura un rico y expresivo retrato del País Vasco. Otro aspecto interesante de Ama Lur es la insistencia de los cineastas en recalcar que toda actividad humana, por cotidiana que sea, acaba siendo sublimada en arte o folklore por los vascos. Del trabajo en el caserío con la madera, por ejemplo, surge el aizkolari y tras el aizkolari aparece la obra del escultor Mendiburu. El mundo del carnaval genera sorprendentes formas como el Zanpantzar de Ituren y Zubieta o las ensoñadoras escenas de Lanz. Estas inquietudes dan a la obra rasgos de universalidad.
La censura franquista se convirtió en un verdadero calvario para Larruquert y Basterretxea. El entonces ministro de Información y Turismo Manuel Fraga Iribarne exigió, para otorgar la licencia de exhibición, la retirada de varios planos del “Guernica” de Picasso que acompañaban a los atxo-ta-tupinak de Luzaide y la supresión del plano final del Árbol de Gernika nevado. La simbología de esas imágenes era sediciosa para la mentalidad del ministro del régimen fascista de Franco. Exigió además que se citara por lo menos tres veces la palabra “España” a lo largo del film. Las formas tradicionales de la vida vasca parecieron a los censores tan ajenas que no encontraron otra manera de españolizar la película. Ama Lur se estrenó en 1968, después de dos años de dura lucha contra la censura, en el marco del Festival Internacional de San Sebastián donde logró el premio del ateneo guipuzcoano. Allí la película empezó ya a transformarse en un mito de la cultura vasca.
En el año 2006 la Filmoteca Vasca, depositaria del negativo original de la película (y también de dos copias), avisaba a través de la prensa del precario estado de conservación del film. Una de las copias, en un préstamo en Argentina, se deterioró en un 80% con una sola proyección y quedó inutilizable. La otra se mantiene impecable pero es de preservación y no debe ser proyectada. El problema está en que Ama Lur se rodó en un sistema llamado “2 pi” que quedó en desuso en los setenta. Ya no hay máquinas adecuadas para hacer copias, con la excepción de una que pertenece a la Filmoteca de Estocolmo y que sí es capaz de reproducir esos negativos. Pero el coste de la operación podría salir por 90.000 euros. Y mientras se espera una decisión al respecto las copias que quedan, con el paso del tiempo, pueden deteriorarse para siempre. En el 2007 E.K.H.E. (S.A.) (Euskal komunikabideen hedapenerako elkartea), sociedad editora del periódico Gara, apostó por correr con los gastos de una edición en DVD de la película. El proceso de digitalización fue supervisado por Fernando Larruquert. Este DVD se presentó en la Feria del Libro y el Disco Vasco de Durango y fue puesto a la venta conjuntamente con el diario Gara.
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