La víspera del 1 de mayo buena parte de Europa festeja la noche de brujas, la llamada Noche de Wallpurgis. Según la leyenda la noche en que las brujas levantan hogueras bailando y riendo a su alrededor reuniéndose en ellas en medio de excesos y orgias presididas por el mismísimo diablo. La ancestral noche de Beltane, para el calendario celta, celebrada en honor a Belenos, el dios del fuego al que antes otros llamaron Baal y los cristianos bautizaron como Belcebú. También hubo un tiempo, no tan lejano, en que esta noche se conocía entre otros habitantes de la oscuridad como “la noche del sabotaje”. La herencia de jornadas bajo dictadura en las que la represión policial contra el Primero de mayo obligaba a adelantar el momento más idóneo para gritar a la noche previa.
En Berlín durante la festividad de Wallpurgis en el barrio del Kreuzberg de 1987, y la posterior jornada del 1 de mayo, los disturbios contra la policía protagonizados por vecinos, punks, libertarios y autónomos expulsaron a la policía del barrio durante horas. Al año siguiente se decide convocar una manifestación con motivo del Primero de Mayo por el barrio, mostrando así el rechazo a la convocatoria anual oficial de carácter reformista y como recuerdo de los disturbios del año anterior. 6000 autónomos acuden a la marcha. La noche de Wallpurgis de 1989 un enorme edificio es okupado iniciándose pronto los disturbios para protegerlo. Al día siguiente, el que se bautizaría año tras año como 1 de mayo revolucionario de Berlín, reúne a 12.000 anarquistas y autónomos que levantan barricadas durante horas. Alrededor de 1 de cada cuatro miembros del contingente policial acaban la jornada heridos seriamente. Se estima que más de 1500 personas participaron durante horas de forma activa en los disturbios. A partir de aquellos 1 de mayo berlineses los incidentes se multiplicarían año tras año en otras ciudades, primero europeas, después de todo el globo. Hamburgo, Hannover, Praga, París, Bogotá, Santiago de Chile, Estambul, Barcelona….
CONTRAHISTORIA
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