Fue en Elda, en el Vinalopó Mitjà, durante una noche de invierno. Jóvenes antifascistas se vieron acorralados por un grupúsculo de ideología nazi. “Son de izquierdas. A por ellos!”, llamaron. La frase adelantó lo que pasaría después. Uno de los chavales cayó a tierra con varias lesiones; el otro salió con la cabeza abierta. Los agresores se fueron rápidamente. Pero la situación no fue un caso aislado. Volvería a repetirse.
Hace tres semanas una ex-activista de la plataforma Elda Petrer per a totes y miembro de la organización Consignas Solidarias fue agredida en la misma población. La cifra de incidentes violentos en menos de cuatro años supera la veintena. Y en algunos casos no sólo se han usado las manos y los puños como arma: también se han empleado cuchillos. Las víctimas han sido mayoritariamente personas inmigrantes o de una clara ideología de izquierdas. Los blancos clásicos de la extrema derecha más virulenta. “El foco de agresiones tiene como denominador común los nuevos grupúsculos fascistas, concretamente, personas vinculadas a la organización Lo Nuestro”, afirmaba la moción que impulsaron la última semana todos los partidos políticos en el consistorio eldenc.
Pero ¿qué es Lo Nuestro? Se trata de una organización que se define como “patriota” y que nació aproximadamente hace dos años, cuando se creó su página de Facebook. Este colectivo ha promocionado actividades de ocio —clases de buceo, senderismo o boxeo en la playa— siguiendo el modelo de las Juventudes Hitlerianas y ha lanzado campañas contra los refugiados o los inmigrantes con el lema “seis millones de inmigrantes, seis millones de parados”. Aun así, ha destacado por sus recogidas de comida. Unas acciones que también tenían cierta inspiración en la Alemana nazi, puesto que sólo permitían la participación de quienes eran estrictamente españoles. Lo Nuestro, sin embargo, ha escondido sus vinculaciones con la extrema derecha y con el mundo más ultra. En sus acciones no hay rastro de banderas ni de simbología clásica de la ultraderecha. Tampoco en su discurso, que bebe del populismo de “ni derechas ni izquierdas” y busca ampliar la base social de este espacio político aprovechando la escalada de atentados yihadistas. Pero las conexiones, el historial y el pasado de muchos de sus miembros lo desmontan.
De la herida ultra a la Intocable
Las gradas de los campos de fútbol siempre han sido un vivero para los grupúsculos ultras. Pero la muerte del hooligan del Deportivo coruñés, Francisco Javier Romero Taboada, Jimmy, marcó todavía más distancias entre el mundo ultra y partidos como por ejemplo Democracia Nacional y Alianza Nacional. Otras formaciones, como por ejemplo Acción Nacional Revolucionaria (ANR) o el Movimiento Social Republicano (MSR), sin embargo, se situaron del lado de los ultras. La fractura era insalvable.
De esta división cogió impulso la experiencia okupa de Hogar Social Madrid, que incorporó a buena parte del movimiento hooligan neonazi de la capital española. El éxito de la iniciativa encabezada por Melisa Domínguez Ruiz se exportó al resto del Estado español. Si en Madrid está dirigido por el ex-miembro del MSR, en Murcia tenía como rostro visible Lucía García de la Calzada, alias la Intocable. Eso sí, con una marca autóctona diferenciada de HSM: Lo Nuestro.
Con abuelos militantes en Fuerza Nueva, la Intocable —y Lo Nuestro— salieron del anonimato cuando la dirigente neonazi fue víctima de una agresión. Meses después, sin embargo, fue detenida por haber golpeado supuestamente a una familia en un bar de la pedanía de Churra, en Murcia.
El incidente manchó el nombre de Lo Nuestro. Como portavoces de la organización, aparecieron Miguel Sardinero y Fran Kombat Gallego. El primero fue responsable de acción política de la ultraderechista España 2000 y ha participado en homenajes a la División Azul. Gallego, según los colectivos antifascistas del territorio, está ligado a Ultras Murcia, fue detenido en la misma operación que la Intocable y tiene antecedentes penales.
Noemí Parres, coordinadora de las recogidas de comida de la delegación murciana, tiene un historial similar. Entre su largo currículum destaca una condena a ocho años de prisión por atentado contra la autoridad. Su pareja, Miguel Soriano Castro, el Suburbios, activo en Lo Nuestro, también está bajo sospecha. Colectivos antifascistas y fuentes consultadas por EL TEMPS afirman que fue detenido en la Operación Kabernal. Los indicios son la coincidencia del tatuaje que se puede observar en las fotos 3 y 6 del fotomuntatge 1 y que en el diario La Verdad aparecieron las iniciales M.S.C entre las personas arrestadas por la Guardia Civil.
El instituto armado definió los detenidos como un grupo organizado, ligado a los ultras del Real Murcia, que “amenaza, atemoriza, insulta y agrede personas de ideología de izquierda”. En los cacheos, se confiscaron una hacha, una pistola falsa, armas blancas, símbolos y libros nazis, un puño americano y panfletos y pegatinas con lemas fascistas.
El huevo de la serpiente fascista, sin embargo, también se ha multiplicado en el País Valenciano. Y ha encontrado en las comarcas del Vinalopó, l’Alacantí, l’Alcoià y el Comtat su hábitat. Elda y Petrer, ciudades del Vinalopó Mitjà; y Elx, capital del Baix Vinalopó, son los bastiones de la nueva piel del nazismo valenciano.
En la mayoría de las fotografías que Lo Nuestro difunde por las redes sociales aparecen los gemelos de Elda, Cristian y Edgar Ruiz, impulsores del sindicato de extrema derecha Respuesta Estudiantil a la comarca. Cristian, con varios procedimientos judiciales por agresiones acumulados, fue condenado a un año de internamiento en un centro de menores, a otro de trabajos forzados y a indemnizar a las dos víctimas con 1.400 euros y 2.400, respectivamente. Lo Nuestro ha convertido a Cristian en un mártir de la causa patriota española y ha hecho camisetas para intentar sufragar la responsabilidad civil de aquellos ataques. Las imágenes con banderas y camisetas de simbología nazi son habituales. Debajo —ved foto 7—, se puede observar una publicación suya en que se exalta al militar Josué, asesino del activista antifascista Carlos Palomino.
El abogado de estos gemelos, Gonzalo Mendiguren, conecta la organización con la extrema derecha clásica. Presente en actividades de Lo Nuestro, concurrió a los comicios municipales del año 2015 en Oriola (Baix Segura) por España 2000. Antes, sin embargo, militó, según un escrito crítico con la dirección, en otra formación del espectro ultraderechista, Democracia Nacional.
En aquella misiva, denunció los métodos “estalinistas” del presidente del partido, el valenciano Manuel Candela, que formó parte de Acción Radical, una organización salpicada por el asesinato del joven Guillem Agulló. En la carta también se criticaba la expulsión de dirigentes como por ejemplo el alicantino Pablo Quintana. Quintana, que también firma aquel escrito, aparece en las redes sociales en fotos de plataformas como por ejemplo Sanvicenteros, de Sant Vicent del Raspeig (Alicantino). La organización colgó imágenes de un acto —ver fotografía 1 del fotomuntatge 3— en el cual participaban Quintana y Mendiguren. Organizaba la charla España 2000.
Mendiguren y Quintana, además, coincidieron en Alfonso X, una plataforma alicantina lanzada por Democracia Nacional. Según una piada fechada el 17 de octubre del 2014, ambos participaron como militantes de Nueva Lucentum del brazo del Casal Tramuntana, una organización juvenil de extrema derecha que bajó la persiana en 2015. La cuenta de Nueva Lucentum difunde por las redes las actividades de Lo Nuestro y repiula constantemente las iniciativas de HSM.
Más allá de los vínculos de estos dos prohombres de la extrema derecha de Alicante, el núcleo de Elda tiene otras figuras relevantes como por ejemplo Alexander Márquez, el Cerillas. El Cerillas ha sido fotografiado en actas de HSM —veáis foto 3 de la galería del fotomuntatge 2— y aparece en imágenes —foto 5, fotomontaje 2— con una barra de aluminio con un familiar suyo, también relacionado con el mundo ultra y Lo Nuestro, según varias fuentes. La trayectoria de Márquez a los círculos de la ultradreta va más allá de la militancia en colectivos de carácter fascista. También se ha presentado a las listas de partidos como por ejemplo España 2000. Lo hizo en las elecciones municipales del año 2015 en Orihuela como número 12.
Esta doble militancia, pero, no es un caso aislado. José Enrique Poveda, presente en una sartén que organizó Lo Nuestro —veáis foto 6 del fotomuntatge 2—, se presentó a las elecciones municipales de 2015 por la formación ultraespanyolista y de derecha radical Vox, como se puede observar a la imagen 4 del fotomuntatge 2. Otro partido que contó con una persona vinculada a Lo Nuestro es Ciudadanos, en Alicante. Luis Prieto, que en la imagen 8 del fotomontaje 2 sale en una publicación de la formación naranja, aparece en una foto del fotomontaje 5 con varios integrantes de la organización xenófoba y ultraderechista de los gemelos de Elda. En esta población Lo Nuestro ha inaugurado su espacio —imitando a HSM—, el Centro Social La Torreta. “Lo Nuestro ha contado con las estructuras legales de España 2000 para pedir permisos para sus actos”, aseguran los partidos que firman en la moción aprobada en el plenario de Elda la semana pasada.
Alcoi (Alcoià), aun así, ha acogido la demostración de fuerza más grande de Lo Nuestro, antes denominada en la comarca La Cruz del Amanecer. Después de una batalla legal por los permisos, se concentraron en la plaza de la Constitución el 1 de Mayo de este año, para proclamar su mensaje de “defensa del obrero español”. A pesar de que en la misma ciudad, Cocentaina o Muro del Comtat hay militantes —entre los cuales, destacan legionarios o ex-miembros de la fascista Iberia Cruor—, a la población de Ovidi Montllor se reunieron varios activistas neonazis destacados de Lo Nuestro.
Colectivos antifascistas identificaron a los hermanos de Elda, Gallego (Murcia) y varios dirigentes de los ultras del Elx CF, como por ejemplo Paco Román o Francisco Montero, que formaba parte del sindicato de extrema derecha Respuesta Estudiantil. Estos miembros de la Joven Elche —cómo se denomina la peña hooligan del equipo ilicitano— no son los únicos ultras que participaron en la concentración, según las mismas fuentes. Diego Hess, relacionado con la afición radical de la UD Almería, fue de la partida junto con miembros de la grada radical del Real Murcia.
La conexión Ultras Sur y Hammerskin
Ahora bien, el dirigente más enigmático de todos es Pedro Lanzas. Sin saber si es su denominación real —tiene otra cuenta de Facebook como Roberto Lanzas—, su rostro sale en la mayor parte de las fotos de Lo Nuestro —ver foto apertura—. Lanzas participa en varias acciones realizadas por la ANR, como por ejemplo una protesta por el conflicto en Ucrania. También aparece en varias fotografías de Lo Nuestro en la sede de HSM. De las visitas de la organización a la sede de su hermana grande, destaca otra foto —ver imagen 1 del fotomontaje 2— en la cual sale Ignacio Menéndez Gonzalo, el abogado del colectivo neonazi.
Su vinculación con Madrid va más allá de visitas esporádicas a HSM. En Facebook hay publicadas fotos suyas con camisetas de los Outlaw. Esta facción de los Ultras Sur, los forofos radicales del Real Madrid, la fundó Antonio Menéndez el Niño, quien acumula un largo historial de presuntos delitos: robos en viviendas, extorsión y tráfico de drogas. Este dirigente fue condenado en 2015 a dos años de prisión por haber apuñalado una persona a la salida de una discoteca de Vigo, Galicia. Lanzas tiene una estampa en su Facebook —veáis la imagen 2 del fotomuntatge 2— en que pide la libertad de esta persona.
Los Outlaw nacieron cuando fue ilegalizada una de las organizaciones neonazis más peligrosas del Estado español: los Hammerskins. Según las diligencias policiales a que ha tenido acceso EL TEMPS, el ex-jefe de seguridad de esta organización, Pedro Santiago Escobar Honrubia, fue identificado por la videovigilància del bar en el cual se produjo la agresión mencionada en Murcia por parte de miembros de Lo Nuestro. “Visionadas las cámaras del establecimiento Tiki Taka […] aparecen Francisco Javier Gallego García y Maria Nicolás Rubio, acompañados por el conocido por esta brigada como Pedro Santiago Escobar Honrubia, ligado a movimientos de extrema derecha”, se afirma en el documento adjunto en la foto 5 del fotomontaje 3.
Escobar Honrubia, militar de profesión, fue condenado a un año y seis meses de prisión. Según la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, en su domicilio de la capital española se encontró “una pistola de aire comprimido, numerosas camisetas con anagramas nazis, un cinturón con broche Hammerskin y una cruz celta con una inscripción: “Skinhead hasta la muerte”.
El enigma Valencia
A pesar de que el espacio de la extrema derecha está muy cubierto en Valencia y su área metropolitana, en esta ciudad también se ha instalado Lo Nuestro. Según fotos de algunos de sus miembros en las redes, disfrutan de buenas relaciones con personas vinculadas al Grupo de Acción Valencianista (GAV), fuerza de choque del blaverismo más irredento. En la página de Facebook de Lo Nuestro se han difundido noticias de figuras destacadas del regionalismo virulento, como por ejemplo la presentación del nuevo libro de Juan García Sentandreu, ex-falangista, empresario y abogado ultra.
Los vínculos de Lo Nuestro con el neonazismo tradicional y los puntos oscuros de algunos miembros destacados dejan a cuerpo descubierto la operación de maquillaje de la ultraderecha para ganar adeptos. La alianza ultra con seis colectivos —Málaga 1487, Iberia Cruor de Jaén o Asociación Cultural Alfonso I de Cantabria, son algunas— para impulsar campañas conjuntamente muestra los pasos de la extrema derecha más ultra hacia un futuro salto a la política. A pesar de la nueva piel, continúa escondiendo en el interior el monstruo del fascismo.
https://www.eltemps.cat/article/1629/la-nova-pell-de-la-ultradreta-lonuestro
no tiene mucho sentido que este el comentario ese ahí no ?
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