http://borrokagaraia.wordpress.com/
El Cordyceps unilateralis es un hongo que tiene unas características
muy especiales que muchos podrían considerar del campo de la
ciencia-ficción. Sin embargo, es muy real. Este hongo toma el control de
hormigas convirtiéndolas en hormigas-zombie para su propia
reproducción.
Una vez que una hormiga aleatoria es infectada por el hongo, sus
tejidos no vitales empiezan a consumirse. No se sabe todavía exactamente
porqué pero el cerebro también se ve afectado, lo que produce un cambio
de comportamiento de la hormiga que pasará a estar controlada por el
hongo.
Las hormigas infectadas llevan a cabo su rutina normal hasta que
pasado un tiempo empiezan a deambular hasta situarse en un lugar
propicio en temperatura y humedad para la reproducción del Cordyceps
unilateralis. A orden del hongo escalan el tallo de una planta y usan
sus mandíbulas para fijarse a la misma con una fuerza fuera de lo común.
Claro que alguien se podría preguntar que relación tiene la hormiga
con la reproducción del hongo. Pues bien, una vez que la hormiga ha sido
situada en el lugar y contexto adecuado, el hongo mata a la hormiga y
del cerebro de la hormiga brota directamente un nuevo hongo que lanzará
nuevas esporas que infectarán a más hormigas, repitiéndose de nuevo todo
el proceso.
El capitalismo actúa de forma parecida. Se encarga de rebajar la
resistencia de la sociedad para que pueda ser intoxicada y haga de
huésped para la reproducción del sistema aunque esto pueda causar su
opresión.
En última instancia, es la propia clase trabajadora la que cumple una
función de esclavo feliz y la que asegura que el sistema permanezca. En
periodos de crisis agudas esa esclavitud feliz se ve deteriorada por lo
que el nivel de intoxicación tiene que ser mayor. Esto crea una
convulsión con dos salidas; el aumento del miedo a la libertad, o el
aumento de la lucha de contrarios.
La esencia del hongo no se puede cambiar. Necesita llevar hasta el
final su proceso para poder reproducirse. De ahí que, sin lucha de
contrarios y sin resistencia que neutralice la intoxicación no se puede
construir un eco-sistema sin hormigas-zombie.
Moraleja:
El comportamiento para sí del oprimido no puede cambiar la esencia
del opresor. El oprimido solo puede apretarse sus cadenas, ignorarlas o
romperlas.
El equilibrio entre ofensiva, defensa, reforzamiento de posiciones,
vulnerabilidad de los opuestos, atracción y confrontación es lo que abre
paso. Por lo tanto, posturas que solo se concentren en uno de los
apartados y descarten los demás hacen fracasar una apuesta de
liberación.
Tensionamiento inteligente, firmeza ideológica y flexibidad táctica es lo que genera condiciones nuevas de avance
No hay comentarios:
Publicar un comentario