Ocupan un edificio de Uribarri para convertirlo en centro social
ante la «falta de servicios públicos» en el distrito bilbaíno.
El espíritu de Kukutza reaparece en el distrito bilbaíno
de Uribarri. El colectivo Patakon, integrado por jóvenes de la zona,
ocupa desde hace unos días un edificio de cinco plantas ubicado en la
calle Matiko con el objetivo de convertirlo en un centro sociocultural
ante la «falta de servicios públicos» que, a su juicio, afecta al
barrio. El inmueble es propiedad de un único titular, «no podemos
interferir en un asunto privado», justificaron portavoces del
Ayuntamiento de Bilbao. «Lleva 50 años construido y nunca ha servido
para nada. Es perfecto para las necesidades del entorno», advertían ayer
portavoces de Patakon.
El inmueble está situado en una calle estrecha, entre dos
bloques de viviendas y frente a más casas.
Levantado en los años 60, estaba llamado a tener un uso industrial pero, al parecer, nunca llegó a cumplir todos los requisitos legales exigidos. El polvo comenzó a acumularse en su interior, aunque su presencia no ha pasado inadvertida para los vecinos: en 1994 la asociación Gure Etxea impulsó una campaña para intentar convertirlo en un ambulatorio. No hubo éxito. «Dentro hay medio siglo de suciedad», detallaba a media tarde de ayer una de la decena de personas que se afanaban en adecentar el local provistas de mascarillas. «Dentro no había nada, sólo un calendario de 1972», terciaba otra.
Levantado en los años 60, estaba llamado a tener un uso industrial pero, al parecer, nunca llegó a cumplir todos los requisitos legales exigidos. El polvo comenzó a acumularse en su interior, aunque su presencia no ha pasado inadvertida para los vecinos: en 1994 la asociación Gure Etxea impulsó una campaña para intentar convertirlo en un ambulatorio. No hubo éxito. «Dentro hay medio siglo de suciedad», detallaba a media tarde de ayer una de la decena de personas que se afanaban en adecentar el local provistas de mascarillas. «Dentro no había nada, sólo un calendario de 1972», terciaba otra.
Tras llevar varios meses planeando la ocupación, el
colectivo Patakon, nombre tomado de un bandolero vizcaíno del siglo XIX
conocido por ayudar a los más necesitados, se presenta en sociedad
asegurando que pretende contactar con el propietario del edificio para
«llegar a un acuerdo» y «liberarle de toda responsabilidad» si ocurre
algo en el interior. «Planteamos un proyecto asambleario basado en el
respeto, la autogestión, el feminismo...», explican. Su primer objetivo
será crear una biblioteca. «Esto no va a ser un gaztetxe, está abierto a
gente de todas las edades y todas las ideas, todo puede hablarse».
Tras asegurar que la iniciativa tiene un amplio consenso
en el distrito de Uribarri e identificarse con la labor que se realizaba
en Kukutza, los miembros de Patakon lamentaban que el Ayuntamiento
«siempre haya pasado de nosotros». Concretamente, aseguran que el
Consistorio ha recibido varias peticiones desde el vecindario
«demandando un local». «Hay muchas necesidades, hasta que haya un
proyecto beneficioso la asamblea gestionará el mantenimiento del
edificio». Por ello, «les hacemos llegar a los dueños nuestra total
disposición a contactar para garantizar su supervivencia», proponen.
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