Los militares ya habían sido sentenciados por el juzgado de lo Penal 5 de Donostia, dos de ellos a sendas penas de dos años de prisión como autores de un delito de lesiones, así como al pago de una multa de 300 euros por desobediencia a la autoridad. Los otros dos fueron condenados a 4.500 euros por omisión del deber de impedir delitos.
Los hechos ocurrieron la noche del 13 de enero de 2005. Los acusados se encontraban en la calle San Martín de la capital, donde proferían gritos y daban golpes al mobiliario urbano. Al llegar a la esquina con la calle Urbieta, los imputados coincidieron con Mikel Martín, que en aquel instante se dirigía a la zona de Reyes Católicos.
Los acusados se dirigieron a Martín y le dijeron: «seguro que eres de los que están de acuerdo con ETA» y con el plan Ibarretxe, al tiempo que uno de ellos le propinaba una patada en la pierna izquierda. La víctima, que ha estado representada por el abogado Miguel Castells, intentó huir, si bien los acusados le dieron alcance y le agredieron.
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